No es mi estilo hacer bambolla de "mis éxitos" personales (más allá de que en algunas oportunidades haya dado a conocer ciertos datos "sobresalientes" de este espacio), ya que en mi vida siempre trato de cultivar el bajo perfil, a pesar de ser una (para algunos bendecida por eso) víctima del alto (nunca buscado) en muchos actos de mi vida personal, y de lo cual he tratado de huir siempre y en la mayoría de los casos, sin lograrlo.
Todo este relato vendría a ser una introducción para contarles algo...
La Ventana Indiscreta comenzó como blog en el año 2008, con otra temática. Elegí escribirlo como un pasatiempo, en una época en la que trabajaba y estudiaba muchísimo (también viajaba) y sentía la necesidad, al menos por un rato, de despejar mi mente de tantas obligaciones. Es así como en sus comienzos el rubro en el que se lo encasillaba era "Misceláneo", pero con mucha información de chimentos del espectáculo. Eran épocas en que estábamos invadidos con ese tipo de programaciones.
No voy a entrar en detalles de lo que fue la guerra fría (¿fría?) que me hicieron varios especímenes del palo bloguero, que llegó casi hasta el paroxismo en su ensañamiento por parte de estas basuras de personas (¿personas?). Pero bueno, ese no es ahora el tema... Así que sigo con lo que realmente importa...
La página actual es la tercera desde sus inicios (y vuelta a comenzar DE CERO) -ya que hubo dos anteriores que fueron hackeadas y eliminadas "del aire"- y desde entonces, la temática cambió radicalmente a medida que los acontecimientos políticos del país nos iban hundiendo en la corrupción, la pérdida de derechos y por ende, en la desesperanza.
La actual, está vigente desde fines del año 2012, fecha desde la que se acumulan los 107.000.000 de visitas a los que llegaremos hoy (¡SÍ! ¡CIENTO SIETE MILLONES DE VISITAS!).
Todo este relato viene a cuento porque un anónimo dejó un comentario en uno de los posts y que a continuación transcribo:
Mi respuesta fue: