Fragmento de la nota
"Justo afuera de su residencia, en terreno de la Iglesia, nos cruzamos con más niños. Uno de ellos, de 10 años, descargaba semillas de té de un camión. Los niños se preparaban para el trabajo del día siguiente.
Niños de esa edad trabajando en un negocio que es administrado por la Iglesia en conjunto con una corporación ejemplifican lo complejo de lo que el papa Francisco llama una "auténtica plaga" para los más pequeños del mundo.
Cuando intentamos contactar al obispo en su diócesis nos dijeron que se preparaba para encontrarse con el Papa. Intentamos llamarlo pero nunca respondió su celular.
Su secretario, el padre Lucien, negó que haya explotación infantil en la plantación de té.
Así que llamamos directamente al Vaticano y le presentamos nuestra evidencia al vocero papal, Federico Lombardi.
"No es mi responsabilidad ni mi deber responder sobre esto", nos dijo. "Si hay algún problema con la Iglesia local, no soy responsable de ello".