LA LENGUA POPULAR DEL SALMÓN

"ACÁ ES MÁS CÓMODO ESCUCHAR MÚSICA EN INGLÉS"

Antes de presentarse en el Luna Park, Andrés Calamaro cuestionó el valor de la crítica: "La opinión está muy caníbal", aseguró. Además, habló de su vida con la actriz Julieta Cardinali, de los excesos, de su lugar en el medio y hasta de la comparación con Pomelo.

A los 47 años, casado con la actriz Julieta Cardinali y con una hija en su haber, producto de la nueva vida, Andrés Calamaro bajó un cambio. Sin embargo, hay algo en lo que se mantiene: dice lo que piensa. Por eso, no titubeó en disparar contra las críticas, principalmente las apuntadas a sus letras.

"La opinión está muy caníbal últimamente. Argentina está enferma; los que te critican despiadadamente son los que nunca te escuchan y lo hacen para reafirmar una personalidad trunca y triste. Yo sé lo que escribí, me consta que escribí textos interesantes, claro que en nuestro país es más cómodo escuchar música en inglés y no entender la letra, entonces el letrista queda más expuesto a que cualquier salame te desacredite", consideró en un reportaje a la revista Veintitrés.

Durante muchos años fue el referente rockero de los excesos. Sin embargo, él sostiene que la vida al límite está al alcance de cualquier mortal: "Tengo la sospecha de que la gente que vive con aparente “normalidad” tiene más posibilidades de terminar neurótico, atormentado o con problemas coronarios que un artista libre. No hace falta ser músico para agarrar las curvas a mucha velocidad".

Y desmintió haberla pasado mal: "Nunca me sentí cerca de perder la lucidez, incluso me gustaría perderla más a menudo, pero sé que hice cosas que nadie haría sin estar “loco”; llevé el rock life style a los extremos, pero casi siempre en la búsqueda urgente del placer y de una vida intensa que valga la pena vivir".

Esa fama de "vivir en la cornisa" hizo que muchos lo compararan con Pomelo, el personaje que patentó Diego Capusotto. Él tiene una visión particular sobre la comparación. "Estoy a años luz de la irritante caricatura de Pomelo. Aunque todos tengamos algún momento Spinal Tap, no se me parece en nada. Si existiera un Pomelo, no sería músico, sería blogger o aspirante a crítico musical", sentenció afianzando su primer blanco.

A su vez, evitó catalogarse como un artista popular: "No sé si soy popular realmente –tampoco es mi objetivo–. Si mis canciones se van a seguir escuchando dentro de cincuenta años prefiero no pensarlo demasiado. Me considero un músico de rock sofisticado. El cantor de Buenos Aires tiene que interpretar el sentimiento del pueblo con una melodía, con la forma de cantarla, eligiendo las palabras que va a escribir o cantar".

Radicado en España, el Salmón se siente feliz con el vuelco que dio su vida. "Con salud, dinero y amor... sí se puede vivir", aseguró. Y explicó por qué, desde que está a su lado, su mujer se alejó tanto del medio: "A los dos nos da vergüenza salir en las revistas, nos incomoda contestar reportajes, y cultivamos el ultra low profile".

Fuente: Diario Show