viernes, 24 de octubre de 2025

El agrandamiento de Santiago Caputo precipitó la traición de Gerardo Werthein

 

El canciller se fue con un trascendido contra el futuro ministro (quizás en su mismo despacho) porque le hacia la vida imposible y pretendía dictarle órdenes como un maestro ciruela.


Santiago Caputo Astroboy, por Pablo Temes
Santiago Caputo Astroboy, por Pablo Temes | Cedoc

País con sugerentes rarezas políticas. Como la del próximo domingo, día en que el Gobierno promueve un doble fenómeno para el comicio general: convoca a votar por La Libertad Avanza que preside porque promete cambios clave de todo tipo en su administración y, al mismo tiempo, su convite incluye la seguridad de que conservará a sangre y fuego el modelo que lo caracteriza desde que llegó a la Casa Rosada. Desconcertante. Y la singularidad la ejerce el propio Presidente, quien enarbola su convicción de que es correcto el camino propuesto, con los mejores ministros del mundo, y simultáneamente advierte que desde el lunes se inicia una proceso de alteración de figuras en su equipo y una orientación diferente, radical, en su relación con provincias y gobernadores. Dijo Javier Milei, por ejemplo, que Santiago Caputo se incorporará “absolutamente” al Gabinete, abandonando su cargo de asesor favorito; también advirtió sobre la remoción imprecisa de otros funcionarios, y se compromete a realizar acuerdos con participantes de la política que hasta ahora eran distantes o votaban en su contra en el Parlamento. Esto es, un menú oficial que ofrece platos para el vegano, el carnívoro, el herbívoro o el ovovegatariano, cuando del mandatario —se sabía— solo detestaba las papas fritas. Una extravagancia el planteo, más densa sin embargo que el silencio hospital del kirchnerismo en la campaña, interpretado por un Marcel Marceau de turno, Jorge Taiana o, insólitamente, por un lenguaraz de nota, Juan Grabois, a quien una voz misteriosa le ordenó esconderse junto a una instrucción propia del ex Rey Juan Carlos: “Tú te callas”.

Renuncia de Werthein: la venganza de Santiago Caputo

Antes de votar este domingo ya hubo señales del empoderamiento de Caputo el joven en el gobierno: viajó por su cuenta a los Estados Unidos, con agenda propia, en paralelo al propio Milei, con entrevistas personales ante influyentes de segundo orden —según sus críticos—, fanáticos y ricos de Donald Trump instalados en la CPAC (Conferencia Política de Acción Conservadora) que han pasado la prueba del ácido: les agarra alergia solo si escuchan la palabra izquierda. Por lo menos, en la superficie esos son los vínculos conocidos y, como buen monotributista, voló en avión privado. Durante ese periplo, desde USA, comenzó a circular la versión de que el asesor privilegiado pasaría a formar parte del Gabinete. Inclusive quienes lo repudian en ese organismo le reprochan que obliga a tomar medidas del gobierno sin firmar ningún expediente (Guillermo Francos dixit). También allí empezó a rodar otra versión: Santiago había intervenido con gente de Trump para que el mandatario decidiera extraordinarias colaboraciones con su colega argentino. Más peso inclusive que su propio pariente, Luis Toto Caputo, el ministro que tuvo la lengua afuera, sediento el otro fin de semana para que su amigo Scott Bessent anunciara las ayudas económicas al país antes de que “el pueblo se muera de hambre”. Medidas urgentes, casi improvisadas entonces, sin saberse aun las condiciones para esa prestación (los 20 mil o 40 mil millones de dólares), por las que el vulgo chismoseó como instalación de bases, la expulsión de chinos o la entrega de tierras raras.

El agrandamiento de Caputo se precipitó con una renuncia: Gerardo Werthein abandonó la Cancillería hace dos días. Se fue con un trascendido contra el futuro ministro (quizás en su mismo despacho) porque le hacia la vida imposible y pretendía dictarle órdenes como un maestro ciruela. Correcciones a él, que respondía a la poderosa Karina Milei o, quizás, porque respondía a la poderosa Karina Milei. No se va a descubrir ahora el enfrentamiento entre dos de los ángulos del triángulo de hierro. Hubo cierto silencio sobre la dimisión que empieza a regir el lunes próximo, desde que Werthein estaba vinculado a laboratorios locales contrarios a la ley de patentes que se exige en los Estados Unidos a la insólita curiosidad de vincularlo a negocios con China. Nadie está exento de esa posibilidad, pero lo más oriental que debe tener Werthein es su visita al barrio chino, en Belgrano, para comprar pescado. también circulo el rumor de que Caputo, en Washington, le mandó a avisar que estaba desinvitado de una reunión en la que le correspondía estar. Por si fuera poco este c+umulo de versiones, se añade otra más sabrosa y posiblemente falsa:

—¿Sabés Javier que Santiago habla mal de mi, que afirma que me echarán del Gabinete, que respondo a una línea política diferente a las relaciones que tenemos con Trump, que me baja de categoría como ministro?

Dicen que el Presidente lo escuchó atento, que puso los ojos en un punto fijo, no se detuvo en la ruborización habitual de su ministro cuando se pone nervioso, y que le respondió: “Si, lo sé”. Suficiente. Le confirmó la primicia más temida. El diálogo adquiere textura por lo que ocurrió luego: Werthein, a tres días de las elecciones generales en que el gobierno pone en juego su estabilidad, se marchó a la disparada, sin reparos, enojado, al borde de la deslealtad con quien le dio trabajo. Pareció inclusive la misma forma con la que procedió Martín Lousteau cuando era embajador de Mauricio Macri y se deslindó de la administración 48 horas antes de que este se entrevistara con su colega norteamericano. No era un favor esa noticia, mas bien una deserción escandalosa. También en ese momento, Macri le anticipo el retiro de la embajada que más de uno considero una traición por parte de Lousteau para ensuciar la bilateral Macri-Obama, aunque esas infidelidades no se consideran tales en la política. (Perfil)

1 comentario:

  1. Insisto, Milei o "Mikei" está demasiado enamorado de Kaputito, enceguecido. Estos amores no edifican, destruyen, y lo peor es que nos afecta directamente a todos los argentinos.

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