domingo, 12 de marzo de 2023

Después de 26 años volvió a desfilar el madrileño (CON VIDEOS)

 

Post ya publicado en LVI en el año 2014 (Gobierno de CFK)

El día que conocí personalmente a Iván de Pineda

miércoles, 5 de marzo de 2014

APOSTILLAS DE UN DÍA MUY PARTICULAR...

 

Hoy, debido a que tenía muchos temas personales pendientes, decidí tomarme la mañana para mí y dejar para la tarde todo lo que a lo laboral se refería. Decidida y con mi mejor predisposición me lancé a la aventura diaria y me fui en coche hasta la estación de San Isidro, para luego tomar el tren... 

Y ahí arranca mi día tan especial...

Me dirijo a la ventanilla para sacar el boleto y cuando lo pido me dicen que no tienen, que se les habían terminado, y que me dirigiera a la máquina expendedora...

Camino hasta la máquina y cuando lo intento me sale un letrerito que dice fuera de servicio...

Vuelvo y hago la cola de la ventanilla de al lado y cuando me toca el turno la empleada me dice lo mismo que en el caso de la ventanilla anterior, o sea, que vuelva a la máquina expendedora. Le explico que no funcionaba y me dice: "Ahora anda". Como me había propuesto transitar el día en una onda de paz y amor, no digo nada y vuelvo a la máquina... y era verdad, había comenzado a funcionar, gracias a lo cual logré acariciar entre mis dedos el tan ansiado cartoncito (muuuy finito)...

A todo esto y mientras había esperado en la cola por ´una segunda oportunidad`, para ver si lograba hacerme del boleto, otro ´damnificado` me contaba que a él, cuando eso le pasaba, tomaba el tren, se bajaba en la estación siguiente y allí intentaba con la máquina del lugar, y si ahí también existía el mismo problema seguía descendiendo en las estaciones siguientes hasta lograrlo. No sé el porqué, pero mientras me contaba esto se me representaba un viaje en carreta, de los que se ven en las películas...

Bueno, por suerte y a esta altura, como ya dije, había logrado conseguir mi boleto... (En aproximadamente 20 ó 25` en total).

En Retiro tomo un taxi (voy a obviar el caos vehicular y el piquete con el que casi nos cruzamos) hasta las oficinas de una medicina prepaga de la que había decidido borrarme (esto es un tema aparte que alguna vez contaré, hoy prefiero silenciar los sinsabores por los que tuve que pasar para ´desasociarme`, y que ya venía padeciendo desde mediados de febrero, sin tener ningún tipo de respuesta). De allí, directo en otro taxi hasta el Consulado de España... Y aquí, algo especial...

Cuando termino de retirar un pasaporte, motivo por el que estaba allí, me dirijo al lugar donde estaba la ventanilla de informes (era tarde y no había público en ese sitio, sólo un hombre charlando muy animadamente con la empleada, acodado en el mármol de la ventanilla y por lo visto sin ningún tipo de apuro), nada me llamó la atención y me senté en una silla de las que allí había a acomodar un sinfín de papeles (de mi trabajo) que necesitaba para más tarde cuando estuviera en el Estudio. Y en ese lapso, entraron 3 ó 4 personas que miré muy distraídamente (yo estaba concentrada en lo mío) hasta que de manera casual vi que estaban clavando la mirada en el personaje que charlaba en la ventanilla y que se había dado vuelta y sonreía. Ahí lo miré... era un flaco extremadamente alto, sin ningún tipo de forma, parecía una lombriz...

Tenía una camisa color natural y un pantalón color crema, con un look muy clásico, pero lo que me llamó la atención era que el pelo necesitaba algún donante de varios kilos de shampoo, porque era una pegatina grasosa de lo más antiestética.

Me detengo a mirarlo y veo que me resulta muuuuy conocido... ¿Y quién era?... ¡¡Iván de Pineda!!!

Yo que no soy para nada cholula (aunque no lo parezca jeje), sólo me limité a observarlo prudentemente mientras terminaba de hacer lo mío, y lo que sí pude notar es que el madrileño (muchos no saben que nació allí) no tiene para nada ínfulas de famoso. Se lo veía muy sencillo y agradable en el trato con la gente que se le acercaba y a quienes respondía de una manera muy natural, sin ningún tipo de aire de divo, pareciendo incluso como que era un integrante más del grupo.

Cuando me fui, él aún seguía conversando con la gente...

En el consulado tuve mi momento de relax (párrafo aparte, todo funciona a la perfección en ese sitio), ¡porque lo que vino después...!!

Salgo de allí y tomo un tercer taxi en la puerta rumbo a Retiro para emprender la vuelta y tomar el tren...

Cuando me dirijo al andén 1, veo que estaba repleto de gente... ¿Qué había pasado?... Nada más y nada menos que se estaba incendiando un vagón del tren, con las puertas abiertas y cargado como ganado... Caos total...

Altavoces, susto, corridas al otro andén, esperas... etc. No lo voy a hacer tan largo, ya todos pueden imaginarse la continuación...

Y para restar dramatismo y darle un toque de humor a todo esto, les cuento que cuando llegué a destino, caminé unas cuadras por una avenida en donde había una casa de comidas en la que lucía un cartel con uno de los menús del día, ¿y qué era?... ¡¡¡Hamburguesa de porotos!!!

¿Alguien estaba enterado de que existen las hamburguesas de porotossssss???? ¿La mishiadura llegó hasta la carne picada?

¡¡Mire que es lindo mi país paisano!!

Jul


Argentino Luna 
¡Mirá qué lindo mi país paisano!


6 comentarios:

  1. Dicen que es un gran tipo. Solo lo conozco de mirar la tv y parece ser asi. Y nadie en los medios habla mal de él.

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  2. Yo tambien creo haber escuchado que si se cruza con gente y lo saludan es humilde y correcto. Bien por él. Labura de eso y no se la cree. Es un mortal como todos nosotros. Ademas quien no aceptaria ganar plata por ponerse ropa y caminar!

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  3. Es re macanudo. Estando de viaje, lo ví charlando con los pasajeros del avión.
    Y en clase turista, no en primera, como se puede suponer, siendo una figura conocida.

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  4. Espero no verlo en bombachas o polleras onda gay

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  5. La verdad que tiene algo especial como modelo.

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  6. Me gustó mucho la historia y cuando vi que era del 2014 pensé en que no importa cuando sucedan las cosas, la vida en Argentina para un ciudadano común es siempre igual de difícil.

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