miércoles, 30 de marzo de 2022

Después de eyacular, el señor "B" se limpió la mandolina

 


El legislador Ricardo Bussi desde hace dos años tiene una causa por violencia, abuso sexual, y usurpación de identidad. Una joven lo acusa, entre otros hechos gravísimos, de haberla sometido y obligado a realizarle sexo oral en su despacho de la Legislatura.

La justicia ha determinado reiteradamente que obligar a una mujer a practicar sexo oral constituye el delito de violación, en el que se encuadraría la denuncia contra Bussi.

Pese a los reclamos de la denunciante, no surgen avances desde la justicia. El año pasado un juez denunció presiones del peronismo para "cajonear" la causa contra el jefe de Fuerza Republicana.

La denunciante, "Lupe", reveló que tras denunciar a Bussi 11 veces, su casa fue baleada y recibió mensajes amenazantes tanto del acusado como del comisario Ramón Alfredo Ardiles.

"No vaya a ser cosa que aparezcas ahogada", dice el mensaje que recibió, y además le exigían que cese con las publicaciones del caso porque "sino van a seguir matando y desapareciendo pibas".

El abogado Salvador Iovane contó que desde que la joven denunció a Bussi recibió visitas de uniformados que intentan intimidarla a ella y a su familia. Ahora, la mujer vive en un lugar oculto. “La situación es muy grave, porque la Justicia de Tucumán no le está dando ningún tipo de protección, entonces su vida realmente está corriendo peligro”, afirmó el letrado.

Algunos de los pasajes de las denuncias policiales y judiciales contra Ricardo Bussi parecen extraídos de una novela de terror:

A fines de enero me dirigí al Banco Galicia a fines de cobrar la asignación social, y la cajera me dice que tenía otra caja con 600 mil pesos y si yo la había abierto. Le dije que no. A otras personas que trabajaban para Bussi les pasó lo mismo. Nunca cobré esas transferencias, que desaparecieron de la cuenta.

El 11 de mayo Bussi me dice que me presente en la Legislatura a las 10, porque a las 9 tenía una reunión.

Ese día fui a la Legislatura en Muñecas y avenida Sarmiento. Bussi me atiende luego de 30 minutos, en su despacho del quinto piso, en la última oficina, lado derecho.

Ahí entra Bussi, yo nunca lo había visto personalmente, me pregunta que pasaba, yo le digo que quería que me expliquen y me solucionen lo del banco, que no quería saber más nada con Fuerza Republicana, entonces Bussi me dice que espere, que terminaba una reunión por videollamada y me atendía.

Estaba nervioso, me hacen salir del despacho, hasta el pasillo.

La secretaria me hace pasar porque no podía esperar ahí. Me senté frente a la hija de Bussi que estaba ahí, me hicieron un café y me dieron agua.

En un momento sale el legislador y me dice que ingrese a su oficina.

Dentro había un escritorio vidriado, tenía dos sillas tipo sillones y el sillón de él, muy lujoso.

El vuelve a salir, demora unos diez minutos, vuelve a entrar y me pregunta qué es lo que tenía que hablar.

Yo le muestro la computadora, me dice que la deje en la silla. El cerró la puerta, estábamos los dos parados, y en se momento me dice “vení chiquita, que te pasa”, me quiere besar, él me agarra de la nuca diciéndome que me agache.

Le dije que no dos veces, me dice que le haga sexo oral. Le dije que no, me agarró de la mano, me hizo que lo toque, y me hace que lo toque por encima de la ropa.

Me dijo “chiquita bajate”. Entonces él se sentó en una silla a la par mía y me obligó a que me agache. Me tenía agarrada de la nuca.

Tres veces le dije que no, me dice “así no vamos a solucionar las cosas”.

Me agarró de la cintura y me obligó a que me arrodille en el piso y me agarró de la cara, y me obligó a que lo haga, a que le haga sexo oral.

Después eyaculó afuera, limpiándose el miembro con servilletas de papel.

Yo aproveché para levantarme y salir rápido y el me quiso manotear la computadora. Ya no había nadie en la oficina. Traté de salir tranquila, detrás de mí venía un policía que vino conmigo en el ascensor y me preguntaba qué me pasaba, yo no le dije nada, estaba muy nerviosa.

Afuera estaba lleno de periodistas, salí por la puerta del estacionamiento y caminé hacia la plaza Urquiza, en la parada del taxi un remisero me dio agua y me preguntó si me pasaba algo.

Yo les venía mandando mensajes a las chicas de Fuerza Republicana, que necesitaba verlas.

Mientras las esperaba recibí mensajes del legislador Bussi desde el número XXX, diciéndome que me quede tranquila, que todo se iba a solucionar, que tengo una boquita de bebé.

Yo le dije que lo iba a denunciar, él me dijo que no sea tontita, que lo que me había pasado me iba a volver a pasar.

El borró todos los mensajes, pero yo hice captura de todo.

Llegaron las chicas y una me dijo que fuéramos al Observatorio de la Mujer en el Hospital Centro de Salud, adónde nos dirigimos a hacer la denuncia... (Contexto)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si sos KAKA no entres a este espacio. No sos bienvenido.

Derecho de admisión... le dicen...