viernes, 25 de febrero de 2022

Gran progreso... En esta ocasión no pide que lo evalúen con la luz apagada

 




El exministro de la Corte Suprema, el kirchnerista Eugenio Raúl Zaffaroni, aseguró este viernes que la Argentina debe ser “neutral” frente a la invasión de Rusia en Ucrania y no “tomar partido”.

Zaffaroni se convirtió así en una de las primeras voces oficialistas que públicamente tomó distancia del repudio generalizado frente a la agresión rusa, en línea con la sintonía que siempre mostró el kirchnerismo con Vladimir Putin.

“Nosotros no tenemos que tomar partido en un conflicto que nos es ajeno”, expresó Zaffaroni, en diálogo con El Destape. Y ahondó: “Tenemos que tener una posición de neutralidad”.

Zaffaroni es un jurista alineado con la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien hasta ahora mantiene silencio sobre la invasión rusa a Ucrania.

El gobierno de Alberto Fernández primero evitó en sus pronunciamientos cualquier alusión directa a Rusia hasta que, tras la invasión, pidó a Putin el “cese de las actividades”.

En el ámbito del Frente de Todos, Cristina Kirchner aparece más cercana a Rusia, China y los países latinoamericanos en los que esas potencias tienen una marcada influencia, mientras que Sergio Massa se muestra más afín a los Estados Unidos.

Fernández mantiene una postura oscilante. En su visita a Putin, en el palacio del Kremlin, Fernández dijo que la Argentina debería cortar la dependencia con Estados Unidos y el FMI. Sin embargo, en el Palacio San Martín hacen notar que quien verdaderamente era pro-rusa es Alicia Castro, quien renunció a su designación como embajadora en Moscú cuando la comisión de Acuerdos del Senado cajoneó su pliego, por orden de Alberto Fernández.

El mismo silencio de la vicepresidenta sobre la invasión rusa a Ucrania mantienen el gobernador Axel Kicillof, quien acompañó a Fernández a Moscú, y la agrupación La Cámpora, que lidera Máximo Kirchner.

Zaffaroni dio un paso más desde ese sector y reclamó ser “neutral” frente a la invasión. “Nosotros no tenemos que tomar partido en un conflicto que nos es ajeno y ponerse del lado de la negociación y la paz”, “La humanidad no tiene por qué resolver las cosas por la fuerza”, argumentó. Y cerró: “Tenemos que tener una posición de neutralidad”.

Pero... recordemos bien quién es Zaffaroni...

Diario La República Digital


"Es un producto de la impunidad". Con estas palabras define Carlos "Sueco" Lordkipanidse la actitud del ex juez de la Corte Suprema Eugenio Raúl Zaffaroni respecto a episodios de su pasado bajo la dictadura de los que poco hablan sus acólitos.
Hay documentos que prueban que rechazó pedidos de hábeas corpus por personas que luego engrosaron el listado de desaparecidos por los militares. Y un libro, escrito por él en 1980, que fue dedicado a los jefes del gobierno de facto y en el que justifica el golpe de Estado, aprueba la pena de muerte y señala que es lícito penalizar la homosexualidad en las Fuerzas Armadas. Todo lo opuesto al devenir garantista del letrado que hoy ocupa un sillón en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Esos documentos fueron develados por INFOBAE en una nota producida por el periodista Diego Rojas, un documento contundente que demuestran las contradicciones del ex ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación hoy devenido en miembro de la CIDH, cargo del que el Gobierno Nacional ha reclamado sea apartado.
Según pudo reconstruir Rojas en su nota, en 1977 los padres de Alicia Lisso interpusieron un recurso de hábeas corpus debido a que su hija estaba desaparecida. "Resuelvo rechazar el presente recurso de Hábeas Corpus número 362 interpuesto a favor de Alicia Lisso, sin costas. Notifíquese". Así dio por tierra Zaffaroni al recurso judicial último al que había recurrido la familia de Lisso, cuya hija finalmente engrosaría la lista de los treinta mil desaparecidos de la dictadura militar.
Alicia Lisso -que entonces tenía 23 años- había sido detenida en su domicilio durante la madrugada del 27 de octubre de 1976 por una "comisión que se identificó como perteneciente a las fuerzas de seguridad", según los testimonios de los hechos. Fue vista en un campo clandestino de detención de Los Plátanos. Sus restos óseos fueron recuperados, identificados y entregados en 2011 a sus familiares.
Zaffaroni se había negado a dar curso al pedido de hábeas corpus pedido por sus padres. Sin embargo, quizás ese no se el peor punto de su acción bajo la dictadura. En 1980 publicó el libro Derecho penal militar, en el que obra la arquitectura ideológica del golpe de Estado, justifica la pena de muerte y señala que es lícito penalizar la homosexualidad dentro de las Fuerzas Armadas. Un Zaffaroni completamente diferente al garantista que fue aclamado luego por la academia y la progresía.
"Zaffaroni forma parte de ese producto de la impunidad que logró que muchísimos funcionarios subieran en la dictadura provenientes de distintos partidos políticos -agrega Lordkipanidse-. El poder judicial y la Iglesia tuvieron un rol activo y una situación acomodaticia en la dictadura, con sueldos importantes. Después escondieron la cabeza debajo de la alfombra como el avestruz. y esperaron que la tormenta pase".

—El gobierno actual lo acusa de golpista.
—Se tiran carpetazos: Zaffaroni encarnó la colaboración con la dictadura. Lo que falta es que haya una competencia de quién colaboró más, si Zaffaroni o los actuales miembros del gobierno. La cuestión es que no se abrieron los archivos de la dictadura, por lo tanto los juicios que fueron llevados adelante tuvieron una limitación.
Roberto Gargarella es catedrático en filosofía del derecho constitucional y, por eso, tiene objeciones a la actuación de Zaffaroni. "No deberíamos usar una doble vara para evaluar a Zaffaroni, que podría devenir en dejar de ver cuestiones de importancia como la justificación del golpe de Estado y la pena de muerte en plena época de la dictadura".
Gargarella se refiere al libro Derecho Penal Militar, publicado en 1980, que brinda una arquitectura teórica a la toma del poder por parte de los militares ("ante una situación terribilísima"), justifica la pena de muerte y penaliza la homosexualidad en las fuerzas armadas. "No fue un juez heroico durante la dictadura y luego, como juez de la Corte Supreama, votó con la mayoría circunstancial de esa corte, durante el gobierno anterior", dice Gargarella.
—Fue opaco y menos interesante de lo que muchos esperábamos a la luz de sus extraordinarios antecedentes. Tiene claroscuros muy acentuados, ya que hizo aportes jurídicos extraordinarios, pero dejó notas oscuras para un penalista. Las afirmaciones que cruzan toda la obra y que no son extractos azarosos y arbitrarios, son componentes sistemáticos que justifican cierto ejercicio de la fuerza para tomar el poder, compone la no presencia de homosexuales en las fuerzas armadas y plantea los modos de usar la fuerza para matar a un inocente. También rescata la legislación a través de mandos. La justificación del golpe de Estado en circunstancias terribilísimas es ridícula. En un defensor de la dictadura sería molesto pero en un teórico del derecho penal es inaceptable. Cualquier persona tiene el derecho a equivocarse y es importante que se rectifique. Pero eso no ocurrió.
Los reproches a Eugenio Zaffaroni no solo provienen de quienes lo consideran un militante del kirchnerismo. Se trata de una cuestión ética, que surfea todas las circunstancias políticas en las que se las promueve.
Graciela Fernández Meijidie, también reveló días atrás que Zaffaroni le había negado un habeas corpus por la desaparición de su hijo en tiempos de la dictadura, cuando el hoy miembro de la CIDH era juez designado por la Junta Militar.

2 comentarios:

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