lunes, 30 de noviembre de 2020

Los lectores de La Ventana dicen...

Diego29 de noviembre de 2020, 19:49

Al endiosamiento de la figura de Maradona lo veo como la excusa perfecta para justificar nuestros defectos y virtudes como argentinos. Creamos un D10S a nuestra semejanza para culparlo y no asumir nuestros pecados. Por eso el tipo fue elevado al Olimpo que solo un argentino puede entender y venerar y como una divinidad o un Dios griego, se le perdonaba todo. Como los dioses griegos Maradona fue como esas divinidades que fueron creados por el hombre para explicar el mundo a su alrededor, en nuestro caso para entender la Argentina y actuaba como un instrumento de exploración, para proporcionar legitimidad y autoridad para los que lo usaron, y proporcionar entretenimiento a las masas. Podía tomar forma humana cuando largaba la pelota y frecuentemente intervenía escandalosamente en la historia argentina de los mortales que lo veneraban u odiaban. Tenían virtudes y defectos muy marcados. Estaba dotado de gran poder y de belleza en su juventud cuando gambeteaba rivales con sus piernas talladas y sus rulos rebeldes. Era considerado como un inmortal. Nadie pese a sus excesos pensó que se iba a ir tan prono. Tuvo descendencia, fue un héroe y monstruo mitológico al mismo tiempo. Un Prometeo argentino. Pero después de que cayó no lo pudimos encerrar en la isla de Creta para liberarnos de él. Diego era nuestro propio Minotauro. Fue un reflejo del ser argentino. En su laberinto existencial nos terminó devorando la cabeza. En esta religión posmoderna que es el fútbol, que es negocio para pocos y espectáculo de multitudes, un opio para las masas, él fue una especie de Cristo de la pelota y Fiorito fue una especie de Belén. Esa miseria que puede ser vista como un pesebre precario dentro del conurbano profundo, es una fotocopia de cualquier lugar pobre de Latinoamérica (favelas, villas miserias) o Italia (chabolas de Feos, Sucios y Malos), donde un niño que nace en las orillas y en la periferia de una gran ciudad, que oculta siempre a los olvidados, y viene a la tierra con todas las de perder, crece rodeado de pobreza, y de chiquito su único escape, es un sueño imposible, el de salir campeón del Mundo. Hasta los periodistas que le hacían notas en este entonces en blanco y negro, hoy en retrospectiva se parecen a los Reyes Magos, porque lo descubrieron en los 70 y lo filmaron haciendo jueguitos y lo anunciaron al mundo como un nuestro mesías.


Maradona fue elegido espontáneamente por nuestro pueblo como nuestro único salvador, un pequeño rey de reyes, con unos padres venidos del interior, y fue un chico que derrotó solo a los que nos humillaron en Malvinas con su espíritu indómito de cambá correntino, llevó al triunfo a los napolitanos, vistos como unos bandidos, mojándole la oreja a la Europa rica, se enfrentó pero al final se doblegó ante la camorra, fue nuestro vengador contra Alemania, Brasil e Inglaterra, mostró que podíamos ser los mejores del mundo, por lo menos en algo, y siempre incomodó al statu-quo, desenmascaró a los vendidos como Pelé, fue amigo de Cantoná y Oliver Stone, un antisistema, un contra, un rebelde, no tenía pelos en la lengua, e hizo lo que muchos de su clase e incluso, muchos de nosotros no podemos hacer, jugar al fútbol como los dioses, ser el mejor en lo suyo, enamorar a un pueblo, conseguir su amor incondicional, tener legiones de fanáticos, vivir como una estrella de rock, codearse con famosos, acostarse con mujeres hermosas, que se le regalaban a su paso incluso cuando estaba gordo y feo, tratar de igual e igual a presidentes, papas y reyes, entretenernos. Y aunque sus apoyos ideológicos y su vida disipada, siempre pública y nunca privada, at the end, le pasaron factura, a lo último con sus opiniones políticas y sus gestos dejó mucho que desear, porque primero luchó contra el sistema y el orden establecido contra los romanos de nuestro tiempo, y hasta se peleó con periodistas, hasta les disparó, fue crucificado y traicionado por el Senedrín de la Fifa después de joderlos en Italia, porque nadie iba a tolerar que levantemos la copa en EEUU, después de que volvió en le 94 como Rocky, entrando solo para pelear contra Ivan Drago, y fue usado por todos los poderosos, menos Alfonsín, estuvo con todos, de Cavallo a Menem a Grondona, de Néstor a Lula, Maduro y Chávez, líderes de derecha e izquierda, religiosos y ateos, desde Fidel, Kadafi a los príncipes sauditas, se sacó fotos con Luismi o bandas como Queen u Oasis, y en estas dos décadas se volvió una caricatura de si mismo, y estos años daba lástima, gordo, deforme, sin poder casi hablar ni caminar, por más que te digan que Diego era difícil, se notaba que no tenía casi voluntad y lo manejaban más que al títere de Alberto. Dirigió en México para un cartel, a Mandiyú de Corrientes en el culo del mundo, a Racing que no ganaba nada, volvió a jugar en Newells y Boca, hizo que hordas de hinchas se asociaran de nuevo a Gimnasia. Inspiró cuentos, libros, miles de artículos, tapas de revistas, comics irreverentes y argentos como Cazador y el Dié, canciones, -la de Manu Chao la mejor- y documentales como el de Kusturica y hasta una porno con Ron Jeremy y la Cicciolina. Aclamado en Bielorrusia que es una dictadura, entró a Japón sin visa y en ojotas, volvió al Vaticano que una vez desprecio por sus techos de oro y gastó a su Papa arquero.


Pero claro, antes fue tentando por la droga, contra la que hizo campaña, siendo un adicto, pero no aguantó como Jesús en el desierto, sucumbió a sus pulsiones más oscuras y eso lo hace más humano y argentino, era gracioso y cabrón, grasa e inteligente, amiguero, generoso, gastador, no le robó a nadie y vivió como quiso, era contradictorio pero nunca traicionó a la celeste y blanca, amó a las hijas con locura pero abandonó a media docena de pibes, le fue infiel a la jabru, que lo bancó en las peores, e incluso tuvo sus María Magdalenas, a sus Judas, sus discípulos, padres sufridos y devotos, entornos para el olvido, que se aprovechaban de él porque no podía estar solo pese a que no podía salir a la calle porque no lo dejaban tranquilo, y hasta se le erigió una Iglesia y un culto en Rosario, y muchas veces alejado de sus años de gloria, fracasó y resurgió de las cenizas como un ave fénix, y resucitó de entre los muertos, como cuando se salvó en Punta del Este con un cuarto de corazón funcionando y una barriga del tamaño de una piñata. No fue un revolucionario. Solo hizo la revolución en una cancha; una y mil veces. No fue un ejemplo de vida solo una inspiración para los postergados y los anónimos. Fue nuestro pasaporte para que viajemos tranquilos por otros países que ni saben dónde mierda está la Argentina. Como la frase de Lemmy de Motörhead "nació para perder y vivió para triunfar". Y nos dejó un par de de ocurrencias célebres. Y está claro que al querer aprovecharse de su muerte y con un velorio desastroso, a este gobierno se le escapó la tortuga. Como dijo Macron fue un bailarín con botines. Fue un artista con una zurda mágica que le dio pinceladas y caricias a la pelota que otros maltratan, como dijo su hermanito, Diego era un marciano, tuvo un talento inigualable en la cancha y unos huevos enormes y siempre se puso a los equipos al hombro en las malas, como la jugada con el tobillo infiltrado que se la dio al Cani, pero también fue el bidón de Branco. Sus parábolas se multiplicaron, como el milagro de los panes y los peces, gracias a que sus jugadas fueron televisadas en todos los confines del planeta y ahora son eternas. Siento que su muerte nos va a servir para liberarnos de este ícono maldito, por más que se transforme en leyenda y sin importar que fu un mito viviente. Diego descendió a los infiernos y ahora no sé si lo dejaron entrar en el cielo. Y si Dios está muerto como dijo Nietzche, su muerte o su sacrificio -para mi se dejó morir- nos hace libres de convertirnos a nosotros mismos en dioses. Es hora de traspasar el mito. Es tiempo de matar a nuestro Dios. Hay que dejarlo ir a ese demonio. Hay que dejarlo descansar en paz. Y todo sabemos que eso nunca va a ocurrir porque es el mito del eterno retorno. El entorno somos nosotros. Los que lo aman y lo odian. Es nuestro Sísifo y la piedra que arrastra solo es argentina. Y si les interesa, para mi, siendo un antimaradoniano, el mejor artículo que escribieron en estos años sobre él, lo hizo el escritor ingles Martin Amis, porque habla de él pero nos interpela más a nosotros.

10 comentarios:

  1. De lo más bello y poético que leí en mucho tiempo!!
    Gracias Julia x compartir, es un súper post. Gracias al
    Autor también...
    Andy de Andrea

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  2. Gran lectura, muchas gracias

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  3. Maravilloso.
    Gran placer leer estos escritos y gracias Jul , por brindarnos la oportunidad de conocerlos.
    Gracias totales y felicitaciones al autor.

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  4. De lo mejor que leí en estos días ..... y demuestra que hay gente talentosa y culta en esta página.

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  5. Excelente!!! Gran capacidad de psicoanalizar un pueblo a través de su ídolo. Y mostrar q ese ídolo tiene su parte de barro como todos los mortales. De nuevo excelente!!

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  6. Uy loco me encantó! En serio! Gracias Julia por compartirlo.

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  7. Tengo sentimientos encontrados con Diego que hago a un lado después de leer este texto.

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  8. Pero que bien, pase de largo porque era largo... pero que bolu...
    A usted escritor, sepa que lo estoy aplaudiendo de pie.

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