Brillante descripción. No hay que pagar más impuestos. Ellos viven como duques y el pueblo como animales. Estos inútiles son nuestros empleados y nos tratan como sus vasallos. Son una casta. La oligarquía son ellos y no los Anchorena, ni los Alvear, los Blaquier y los Alzaga, se terminó la Belle Époque, donde las familias argentinas de la aristocracia porteña, se codeaban con el más rancio linaje de la nobleza europea. Eso,eso es pasado, ahora los oligarcas que viajan a Europa o EEUU a comprarse pisos y mansiones, son los políticos y sindicalistas peronchos, que viven tirando manteca al techo mientras hablan de la pobreza y los intereses concentrados y las corporaciones, buscando enemigos afuera y adentro que son ficticios, un invento que compran los progres, para proteger su status y privilegios, cuando todos sabemos que los culpables de esta decadencia son exclusivamente ellos y no el imperio, ellos son dueños de los campos, las estancias, las grandes empresas, la banca y el destino de nosotros está en sus podridas garras que nunca están saciadas y siguen desangrando como vampiros insaciables a los honestos para mantener su zoológico populista.
Patetica realidad!!! Q solo los peronchos lo pueden avalar
ResponderEliminarBrillante descripción. No hay que pagar más impuestos. Ellos viven como duques y el pueblo como animales. Estos inútiles son nuestros empleados y nos tratan como sus vasallos. Son una casta. La oligarquía son ellos y no los Anchorena, ni los Alvear, los Blaquier y los Alzaga, se terminó la Belle Époque, donde las familias argentinas de la aristocracia porteña, se codeaban con el más rancio linaje de la nobleza europea. Eso,eso es pasado, ahora los oligarcas que viajan a Europa o EEUU a comprarse pisos y mansiones, son los políticos y sindicalistas peronchos, que viven tirando manteca al techo mientras hablan de la pobreza y los intereses concentrados y las corporaciones, buscando enemigos afuera y adentro que son ficticios, un invento que compran los progres, para proteger su status y privilegios, cuando todos sabemos que los culpables de esta decadencia son exclusivamente ellos y no el imperio, ellos son dueños de los campos, las estancias, las grandes empresas, la banca y el destino de nosotros está en sus podridas garras que nunca están saciadas y siguen desangrando como vampiros insaciables a los honestos para mantener su zoológico populista.
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