Abriendo Archivos: Pampita vs Barrantes

Nota del 26/9/2007 (Minuto Uno)

La causa Pampita- Barrantes avanza y los trapitos se ventilan al Sol.

Ahora, Barrantes dice que su ex utiliza los medios a su antojo y que le resulta sospechoso que haya vuelto a instalar el escándalo justo antes de que se defina el juicio de divorcio.

También contó que conoció a Pampita a través de Iván de Pineda y que "es el día de hoy" que aún odia al modelo por ese hecho.

La causa Pampita- Barrantes avanza y los trapitos se ventilan al Sol. Y cuando hay que defenderse en una contienda legal, todo vale. Ahora Martín Barrantes aseguró que su ex utiliza los medios a su antojo y que le resulta sospechoso que haya vuelto a instalar el escándalo justo antes de que se defina el juicio de divorcio.

"Es muy extraño que Pampita hable ahora, cuando está por salir la sentencia", dijo Barrantes ante los micrófonos de Radio 10 en diálogo con Chiche Gelblung.

También contó que conoció a Pampita a través de Iván de Pineda, novio de la hermana de Barrantes y que "es el día de hoy" que aún "odia" al modelo por ese hecho.

El expediente

Cuando parecía que Carolina “Pampita” Ardohain (29) había encontrado la felicidad junto al actor chileno Benjamín Vicuña, Blanquita –la hija de ambos- y el bebé que viene en camino, se desató una guerra judicial y mediática con Martín Barrantes (35), el ex marido de la modelo.

La causa, los expedientes y las declaraciones hacen que salgan a la luz los detalles más íntimos de una pareja que, además, en este caso se hacen públicos por tratarse de dos personas famosas.

La influencia de los abogados hace que el lenguaje de la modelo y el polista se vuelva poco creíble.

Pero, ¿qué se dicen?, ¿de qué se acusan?, ¿cómo se defienden? La revista Gente ahonda en el caso y, con un poco de imaginación, podríamos reconstruir un ida y vuelta entre Pampita, Martín Barrantes... y los abogados que les dan letra:

Pampita: -“Martín no deseaba tener relaciones sexuales conmigo, y si lo hacía, no había juego amoroso, placer compartido, amor. Me hacía sentir que lo hacía como un trámite, una obligación marital, en forma mecánica, rápida y sin buscar la recíproca gratificación y placer. Esta disfunción sexual estuvo acompañada de un distanciamiento afectivo profundo, y pronto se acrecentó el maltrato...”

Barrantes: -“(Ella) me endilga conductas esquivas, especialmente en el plano sexual. Así pretende cambiar su papel de adúltera a víctima, esparciendo para ello un desagradable tufillo de inmoralidad y dudosas costumbres atribuidas a mi persona”.

(El polista acusa a Pampita de adulterio y dice que la prueba más concreta es Blanquita -de un año y cuatro meses-, la hija que la modelo tuvo con el actor chileno Benjamín Vicuña).

Según Pampita, a Barrantes le resultaba imposible realizar el coito si no la ponía de espaldas a él.

Pampita: - “Intenté una y otra vez que nuestro matrimonio funcionara, pero había algo en Martín que yo no conocía y que se interponía. Me rechazaba como mujer, como esposa, como compañera... En varias oportunidades reaccionó con ira desmedida ante comentarios que le habían llegado –y no por mí- que ponían en duda su orientación sexual.

Este es un aspecto importante de la dinámica de la relación, por cuanto Martín tenía una modalidad sexual peculiar. Le resultaba imposible realizar el coito si no me ponía de espaldas a él. Practicaba en forma tan inexcusable y obsesiva como innecesaria el coitus interruptus, con la inevitable repercusión emocional que ello implicaba”.

Barrantes: -“Aclaro que con ella tuve relaciones sexuales no sólo de espaldas, sino de frente, de costado, de parado, en el agua y de todas las formas explicables y conocidas que un hombre y una mujer pueden tener. No se explica, por otra parte, cómo una mujer puede a cuatro años vista, y luego de convivir antes de casarse, aducir que el marido tenía desviaciones y que practicaba el coito únicamente si se ponía de espaldas a él”.

Pampita: -“No me sentía acompañada por mi esposo, todo estaba sobre mis espaldas: tener que trabajar para mantener nuestra casa, pagar el sueldo de la mucama, el alquiler, las comidas, las salidas, todo. Y al regresar, encontrar sólo críticas, mal humor, burlas, mutismo y desinterés total en el aspecto sexual”.

Barrantes: -“Me acusa de que no trabajaba y tengo tres empresas. Mi nivel de vida nunca bajó. Nosotros teníamos un preacuerdo y cada uno manejaba su dinero. La casa la mantenía yo. También pagaba la obra social de ella y el alquiler de la casa. No quiero una cuota alimentaria. Sólo que se sepa la verdad. No la juzgo porque se enamoró de otra persona, pero quiero que reconozca que fue adúltera”.

Acusaciones desopilantes que se completan cuando ella dice que él la llamaba “mucamita” y él asegura que ella lo llamaba “vago de prosapia decadente”.

Habrá que ver cómo los califican en el juicio que se supone va a poner un poco de coherencia en una historia que hace agua por todos lados.


(¡Gx Natalia!)