“EL SUEÑO ARGENTINO” RAMON HERNANDEZ, ex-secretario privado de Menem Miércoles, 02 de Octubre de 2002 00:00 Amadeo Bargo
Esta es una historia que confirma que Argentina es un país de oportunidades más espectaculares que las posibles en Estados Unidos. Ramoncito Hernández era un empleado del Banco Provincia de La Rioja que ganaba menos de trescientos pesos al mes. Un día conoció en un partido de básquet en el Club Facundo a un petiso -cabezón y feo - que luego se transformó por la magia del poder, (al menos por unos años y para ciertos ventajistas) en “alto, rubio y de ojos celestes”. Esta caricatura anacrónica y escuálida de Facundo Quiroga se llamaba Carlos Saúl Menem, y era el gobernador de La Rioja, provincia cuyo presupuesto es menor que el del Teatro Colón. La vida de Ramoncito cambió totalmente de la mano de ese mago, prestidigitador e ilusionista de la política argentina: fue valet, chofer, alcahuete, confesor, testaferro y proxeneta durante los diez años de la presidencia del riojano. Recientemente, cuando Carlitos recordó al pasar que tenía una cuentita de 600.000 dólares depositada en Suiza - que no incluyó en su declaración jurada por ser un vueltito, - se inició una pista que llevó a otras cuentas por varios millones en las que aparecía el nombre de Ramoncito (Filial Zurich del Banco Gottardo), y en la misma vía de las coimas de IBM y de la venta de armas. Ramón Hernández hace más de dos años que no trabaja pero vive como un magnate........................................................................................sigue
Ay Señor! más de lo mismo!! Me acuerdo que este fue Secretario de Turismo en la época del turco y hacía flor de negociados!
ResponderEliminarAh. Genial lo dejó quedar al pollerudo del yerno.
ResponderEliminarchaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaannnnnnnnnnnnnnnnnnnttttttttttttaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarComo olvidar a este chanta, amigote de joda del turco, imposible olvidar
ResponderEliminarFuè secretario de deportes del Turco a principios de los 90. No sè si fuè de turismo como dice Pen.
ResponderEliminarSi, me parece que era de Deportes!
Eliminarsi, también
ResponderEliminarincreíble, no?
Recordamos a otro superamiguitus de Onur
ResponderEliminar“EL SUEÑO ARGENTINO” RAMON HERNANDEZ, ex-secretario privado de Menem
Miércoles, 02 de Octubre de 2002 00:00 Amadeo Bargo
Esta es una historia que confirma que Argentina es un país de oportunidades más espectaculares que las posibles en Estados Unidos. Ramoncito Hernández era un empleado del Banco Provincia de La Rioja que ganaba menos de trescientos pesos al mes. Un día conoció en un partido de básquet en el Club Facundo a un petiso -cabezón y feo - que luego se transformó por la magia del poder, (al menos por unos años y para ciertos ventajistas) en “alto, rubio y de ojos celestes”. Esta caricatura anacrónica y escuálida de Facundo Quiroga se llamaba Carlos Saúl Menem, y era el gobernador de La Rioja, provincia cuyo presupuesto es menor que el del Teatro Colón. La vida de Ramoncito cambió totalmente de la mano de ese mago, prestidigitador e ilusionista de la política argentina: fue valet, chofer, alcahuete, confesor, testaferro y proxeneta durante los diez años de la presidencia del riojano.
Recientemente, cuando Carlitos recordó al pasar que tenía una cuentita de 600.000 dólares depositada en Suiza - que no incluyó en su declaración jurada por ser un vueltito, - se inició una pista que llevó a otras cuentas por varios millones en las que aparecía el nombre de Ramoncito (Filial Zurich del Banco Gottardo), y en la misma vía de las coimas de IBM y de la venta de armas. Ramón Hernández hace más de dos años que no trabaja pero vive como un magnate........................................................................................sigue
Tiene cara de peronchorrista, campera de peronchorrista y habla como peronchorrista: Un delincuente de pura cepa.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=zyj1fr-drtg
ResponderEliminarLos Macri
Creo, que la Secretaría era de Turismo y Deportes en esa época a cargo de este pedazo de chanta que le gustaba más la joda que comer.
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