martes, 20 de enero de 2015

La historia oficial de Rial


por DIEGO PAPIC
YO, EL PEOR DE TODOS
Por Jorge Rial.
Margen Izquierdo, 392 páginas. $199.

Desde que el libro de Rial entró en mi departamento, fue el objeto que más les llamó la atención a todos los que pasaron por mi living. Amigos, colegas periodistas, mi mamá, el técnico del aire acondicionado, el delivery del súper, alguna chica, el encargado que me destapó la pileta de la cocina, la chica-que-me-ayuda-en-casa, todos lo tuvieron en sus manos, lo hojearon y me preguntaron, cada uno a su modo: “¿Qué onda?”.

Portada de 'Yo, el peor de todos', de Jorge Rial
No se puede ignorar la fascinación que generan en tanta gente estas misteriosas páginas que prometen saciar nuestra sed de morbo y de chismes. Más de uno que va al BAFICI, vota al FIT o elogia en público a Canal Encuentro –en resumen, que está a favor de todo lo Bueno y en contra de todo lo Malo– ha dicho que muere por leer el libro de Rial pero no lo quiere comprar “para no contribuir a las arcas del enemigo” (la paráfrasis es mía).

Ya sea para leerlo con distancia irónica o para darse un recreíto de vulgaridad, o quizás con genuino interés y curiosidad, Yo, el peor de todos es un libro atractivo para muchos. Y en LA AGENDA se nos ocurrió leerlo y contarles todo lo que quieren saber, como si estuviéramos dándole fast forward a una película pornográfica para ver sólo las partes de sexo explícito.

El libro está escrito con oraciones y párrafos cortos. Basta transcribir las primeras cinco oraciones/párrafos para dar una noción del ritmo y de la abundancia de enters:

Yo, para algunos, soy el peor de todos.
El mafioso.
El apretador.
El que se caga en todo el mundo.
El que hace periodismo basura.

Con esa especie de poema empieza Rial en su prólogo y no cambia demasiado cuando se zambulle en las anécdotas y los chismes. Otro detalle aún más sorprendente que denota la intención del libro de resultar “fácil de leer” es que en los diálogos –el libro tiene muchos diálogos recreados, no sabemos con cuánta fidelidad– las textuales del propio Rial están subrayadas.

Yo, el peor de todos está dividido en cuatro partes. En “A corazón abierto” cuenta su vida personal, la separación traumática de su ex mujer, la relación con sus hijas y con su actual novia Loly Antoniale, su infancia y sus gustos caros; en “Yo conozco el poder” cuenta la relación estrecha que según él mantiene con políticos y empresarios; en “Los secretos de la televisión” se mete con la farándula y los famosos; y, finalmente, en “Esta es mi vida”, vuelve a lo personal y, sobre todo, a los escándalos del año pasado en que se vieron envueltos él y su amigo (o ex amigo) Luis Ventura.

A corazón abierto

Rial empieza su libro contando la internación que sufrió en 2010 por una arteria tapada y cómo su entonces mujer Silvia D’Auro impidió que sus amigos lo fueran a visitar y lo dejó solo, internado en ese purgatorio de los famosos que es el sanatorio Los Arcos. Así cuenta su soledad, con una crudeza un poco risible y enters, muchos enters:

Solo, como único protagonista de mi propio Gran Hermano.
Solo con un enfermero y una cámara prendida para monitorearme.
Solo, desesperado por levantarme al baño para hacer pis y sin poder hacerlo como corresponde.
Solo, con unas enormes ganas de hacer caca y sin poder concretarlo, porque corría riesgo de que se me abriera la herida.

Con esa imagen vulnerable elige Rial empezar su relato para después elevarse por sobre el resto de los mortales chapeando con sus gustos caros, sus almuerzos con gente poderosa en Gardiner y sus whiskies de 8.000 pesos la botella.

En el relato de su separación de D’Auro hay una escena que parece sacada de una telenovela venezolana. Una noche en que Rial fue a llevar a sus hijas a la casa de ella –todavía vivían con su madre–, D’Auro lo recibió “con un camisón supersexy”.

Intentó llevar una de mis manos a sus pechos y me pidió:
-Tocá.
Yo no anduve con rodeos:
-Mirá, Silvia, no sé qué estás pretendiendo. Pero yo no voy a hacer más el amor con vos.

Con ese lenguaje de traducción de Anagrama, Rial sigue contando cosas que ya sabemos: el maltrato de su ex mujer hacia sus hijas, los problemas con la obesidad de Morena y la entrada de Loly Antoniale en su vida, que trajo amor a esa casa repleta de violencia psicológica y física. Luego cuenta una anécdota bastante desagradable con el abogado de su ex mujer, Eduardo Sande (“un tipo bastante oscuro”, según dice). Cuando D’Auro entró con él para hacer el inventario para el divorcio, Rial le preguntó a Sande qué hacía ahí. “Quiero ver las bombachas de la Niña Loly”, contestó Sande.

En sintonía con esta era poskirchnerista, Rial no teme ostentar a la manera menemista y después decir “siempre fui peronista” (cuenta que se hizo peronista el día en que Perón echó a los Montoneros de la plaza; “nunca había visto tantos ‘fierros’ juntos en mi vida”). Tiene todo un capítulo dedicado a revelar sus consumos. “Me enamoré de los habanos a mediados de los noventa en Miami”, dice, y cuenta que sus preferidos son los Cohiba Behike y que la caja de diez cuesta 400 dólares. Su whisky preferido es el Macallan de 21 años (8.000 pesos la botella) y el cognac que toma es el clásico francés Hennessy (2.000 pesos). Viaja en primera y es capaz de pagar hasta 8 mil dólares por un pasaje a Italia. Tuvo un Audi A3 rojo. Y cuando cuenta su pase de Telefé a Canal 9 por mucha menos plata, dice “en vez de irme con mi familia a París, cómo teníamos pensado, nos fuimos a San Bernardo. “¡Qué verano de mierda pasé!” Los que leen su libro en las playas de San Bernardo, felices.

Lo mejor del libro son estos sincericidios. Ya vimos que Rial empieza diciendo que para algunos él es un mafioso y un apretador. Y si bien por momentos intenta dar el mensaje de que “no es para tanto”, el deseo por fanfarronear con su poder lo lleva a confesar aprietes. Uno de los mejores tiene que ver con un humidor, una caja para mantener la humedad de los habanos.

Según cuenta Rial, su ex mujer vendió su humidor a la exclusiva joyería Simonetta Orsini. Se enteró porque en el “círculo de fumadores de habanos” se corrió la voz y le avisaron, nada menos que Matías Garfunkel y Gerardo Werthein. Furioso, fue a hablar con el dueño de la tienda, Martín De Leeuw, que le dijo que su mujer se lo había vendido en 2.500 dólares. Rial lo amenazó: si no le devolvía el humidor, al día siguiente arrancaría Intrusos con su foto. De Leeuw tuvo que devolverle el humidor pero Rial no le dio la plata: “andá a pedírsela a mi ex mujer”. Así, el dueño de la exclusiva tienda Simonetta Orsini perdió 2.500 dólares a manos del matrimonio Rial-D’Auro.

Yo conozco el poder

“Me gusta la ‘rosca’ política”, confiesa Rial, y en esta parte del libro cuenta sus reuniones con importantísimos políticos, empresarios y primeras figuras de la televisión, aunque nada termina de ser muy jugoso. No se revelan grandes cosas y en muchos casos tampoco queda claro en qué consistieron los “acuerdos” que se cerraron en el Palacio Duhau, el hotel Sheraton de Pilar, Lola, Gardiner y una lista de restaurantes exclusivos que conforman el mapa que pinta Rial de una Buenos Aires donde almuerza el poder.

El ejemplo más ilustrativo es el de la cocina de su entrevista con Cristina Kirchner. El 25 de septiembre de 2013 se juntaron en el Dashi del Palacio Alcorta: en una esquina del ring, Daniel Vila y Gabriel Hochbaum, CEO del Grupo América; en la otra, el entonces Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y el Secretario de Medios y vocero presidencial Alfredo Scoccimarro. En el medio, Rial, el periodista que pidió Cristina.

La pelea era por la emisión. Los capos de América querían que la entrevista saliera primero por ese canal pero el Gobierno insistía en que el ciclo estaba ideado e impulsado por la Presidencia y que el periodista era sólo un invitado y no el conductor y por lo tanto tenía que salir primero por Canal 7. Ninguna de las dos partes cedía y parecía que la entrevista se caía. Pero Rial tenía un interés personal en hacerla, por supuesto. Entonces trató de terciar en favor del Gobierno. “Daniel, defendamos lo que consideramos justo –le dijo a Vila–. Pero comprendamos que desde el punto de vista periodístico, nos sirve también”. Según Rial, esa intervención destrabó el acuerdo. Sin embargo, no queda claro qué fue lo que cedió el Grupo América, porque la entrevista terminó saliendo primero por ese canal y recién después se emitió por Canal 7.

Quizás lo más jugoso de esta parte sea otra anécdota con Abal Medina, esta vez en su propia casa, el día que nombraron Papa a Jorge Bergoglio. Rial fue el nexo entre Abal Medina y Marcelo Tinelli el año en que Tinelli estuvo fuera de aire y tuvo que venderle parte de Ideas del Sur a Cristóbal López para pagar los sueldos.

Quiso el destino que Bergoglio fuera ungido Papa un rato antes de la llegada de Abal Medina a la casa de Rial para la reunión pautada. Cuando el funcionario llegó, el televisor sintonizado en TN y tanto Rial como Tinelli emocionados por la noticia –Tinelli observó que el flamante Papa se había puesto Francisco, como su hijo–, dijo: “¿Me aguantan un par de minutos? Porque con este quilombo no les voy a poder prestar demasiada atención. Además tengo algo que hacer.”

Abal Medina redactó el comunicado oficial del gobierno por el nombramiento del Papa Francisco en su iPad, en el living de la casa de Jorge Rial, con Marcelo Tinelli presente. Llamó a la Presidenta, que le corrigió algunas cosas, y después llamó a C5N para dárselo en exclusiva. Cuando terminó con todo, Rial trató de relajar el ambiente: “Qué noticia lo del Papa, ¿no?” y Abal Medina contestó: “Para nosotros no es una buena noticia”.

En su afán por contarnos a la plebe cómo se manejan los poderosos con la plata, Rial cuenta un diálogo que, si no es real, debería. Tinelli ya le había vendido parte de Ideas del Sur a Cristóbal López. El empresario K se estaba demorando con un pago y Tinelli tenía que pagar sueldos, entonces lo llamó para pedirle el dinero. Nada que no le pase al hombre común, aunque con otros números. ”¿Cuánta plata tenés? –le preguntó López a Tinelli–. Yo tengo 1900 millones de dólares. Calculo que vos llegarás a los veinte. Tenés razón, necesitás la guita. Mañana la tenés toda. Andá tranquilo”.

A Rial le gusta contar cómo los políticos lo llaman porque lo quieren conocer (y tenerlo de su lado): Amado Boudou y Abal Medina, entre ellos; también la propia Cristina algunos años antes de que Néstor Kirchner fuera presidente –Rial en ese momento no le llevó el apunte y se flagela por su falta de olfato político–. Cuenta cómo fue testigo de la vez en la que Mauricio Macri casi se traga el bigote postizo en su casamiento, cómo se ganó el odio de Eduardo Duhalde –y una investigación de la AFIP– por televisar en vivo el primer cacerolazo en contra de su gobierno, y su relación con Rodolfo Galimberti, que empezó tensa por la investigación del periodista sobre la estafa de Hard Communication al padre Grassi y terminó amistosa cuando Galimberti se dio cuenta de que estaba frente a un compañero peronista.

Los secretos de la televisión

Recién después de hablar de su vida personal y de sus contactos políticos, Rial se mete de lleno en lo que sabe: los chanchullos de la televisión, las peleítas con famosos. Curiosamente, es la parte menos interesante del libro.

Cuenta que hizo echar a Lucho Avilés de Indomables –después de pegarle una trompada– porque el conductor dijo que Rial había sido uno de los que había sacado plata del corralito; cuenta su mala relación con Andrea Frigerio –compañera de El periscopio– después de preguntarle si se sentía responsable por la muerte del periodista Daniel Mendoza, y cómo ella buscaba tres palabritas difíciles en un diccionario de bolsillo para decirlas al aire en cada programa y descolocarlo; revela que en 2006 Nazarena Vélez se hacía mandar flores al teatro para decir que se las mandaba Maradona.

El segmento en el que relata su pelea con Diego Maradona (que empezó con aquel famoso “huevo duro” en comunicación telefónica con Verónica Lozano y Leo Montero en AM) no agrega nada nuevo y tampoco hay datos ni anécdotas novedosas cuando habla de su histórico enfrentamiento –ahora sosegado– con Mirtha Legrand. Sus peleas con Gerardo Sofovich, Viviana Canosa, Daniel Tognetti, Diego Gvirtz y APTRA también están relatadas y los motivos decepcionan bastante: rencillas infantiles, egos heridos, nada demasiado importante ni revelador.

Hasta cuando dice que va a contar algo que nunca contó antes está creando falsas expectativas: cuenta que el ex presidente Carlos Menem le aconsejó a Susana Giménez que tire al río el Mercedes Benz que había comprado ilegalmente, pero esa anécdota ya la había revelado en Intrusos hace unos años.

También se lava las manos y, en el camino, sepulta bajo tierra a Juan Cruz Ávila respecto de la inefable cámara oculta en la que el ex Gran Hermano Marcelo Corazza revelaba involuntariamente su homosexualidad. Según Rial, como en ese momento era gerente de programación de América no podía estar en el día a día de la producción de Intrusos. Se enteró de la cámara oculta –pero no del contenido– quince minutos antes de salir al aire y le preguntó a Ávila si estaba bien: “Sí, dale para adelante”, cuenta Rial que le dijo Ávila. “No tengo excusas, asumo el error como propio porque soy cabeza de equipo”, dice, pero la palada de estiércol ya ha sido echada.

También le tira caca a Nazarena Vélez, aunque disimulada entre elogios, cuando dice que la producción de Mirtha Legrand le pagó para que rompa el silencio en uno de sus almuerzos después del suicidio de su marido. Esa es su explicación de por qué no la tuvo primero en Intrusos.

En el capítulo que lleva el nada sugestivo título de “La mejor cocaína del mundo”, Rial pinta el ambiente de la noche porteña de los años ‘90 con epicentro en El Cielo, la legendaria disco del malogrado Poli Armentano, y sus correrías con Carlitos Menem, Jr.

Una noche unos patovicas de El Cielo le rompieron dos costillas mientras Marcela Tauro –entonces periodista de la revista Gente– gritaba “¡acá no dejan entrar a los periodistas porque venden droga!”. Rial amenazó con un juicio por lesiones y logró que Poli Armentano le pagara 50 mil dólares: le dio 15 mil a su abogado y con los otros 35 cambió su Volkswagen Gacel por un finísimo Ford Escort blanco al que le grabó la frase “gracias al cielo”.

Por esa misma época Rial hizo una nota de la que se arrepiente: una cámara oculta a Jorge Giménez Sanders, el hermano ezquizofrénico de Susana Giménez internado en el Borda. Rial trabajaba en Indiscreciones, con Lucho Avilés, y cuando le llegó el dato de que la diva de los teléfonos tenía un hermano internado, fue con Luis Pedro Toni y un camarógrafo, los tres disfrazados de médicos, y se metieron en el neuropsiquiátrico. Ahí lo encontraron a Jorge Giménez Sanders y le hicieron una cámara oculta en la que contó que Susana nunca lo visitaba.

Pronto los locos, que lo único que hacían era ver televisión todo el día, empezaron a reconocerlos. Se les acercaron en malón para tocarlos como en una película de zombies y Rial sacó unos atados de cigarrillos que había llevado y empezó a tirarles cigarrillos como si fueran maníes para elefantes. Así pudieron escaparse con la grabación, que finalmente Lucho Avilés se guardó y usó en beneficio propio cuando se pasó a Canal 9.

Esta es mi vida

Rial deja para el final su “separación” de Luis Ventura. La explicación principal es la que todos conocemos. Cuando se supo que había tenido un hijo extramatrimonial con la vedette Fabiana Liuzzi, Ventura explotó al aire en Intrusos y dijo a los gritos que le había propuesto abortar y ella no había querido. Esto a Rial, con su historia como padre adoptivo, no le gustó nada. Y en esa amistad de más de treinta años años se rompió algo.

Pero hay otra cosa que Rial cuenta más al pasar y que pinta un panorama un poco más general. En mayo del año pasado salió una tapa de la revista Noticias que decía: “El show del apriete, Rial & Ventura S.A.” “Me dolió y mucho -confiesa Rial-. En especial porque en la nota el gran acusado era Luis y no yo.”

Quizás la desagradable referencia al aborto haya sido la gota que colmó el vaso o apenas una excusa, pero está claro que Rial, habiendo sobrevivido al escándalo con Marianela Mirra, no quería quedar pegado a Ventura: “No tenía por qué pagar los platos rotos que no me correspondían”, dice.

Para el último capítulo, titulado “El amor de mi vida”, Rial deja el escándalo mayor que lo tuvo como protagonista: los mensajes de WhatsApp que filtró la tucumana Marianela Mirra y por los que se separó de Loly durante un tiempo. Acá tampoco hay nada nuevo, apenas un relato, el relato “oficial”, que ya conocemos.

Y así termina Yo, el peor de todos, diciendo:

Porque Rocío y Morena, los pilares de mi vida, le dicen mamá.
Y Mariana, el amor de mi vida, les dice hijas.

La historia oficial que Jorge Rial eligió contar es esta: algunos secretos que podemos descubrir entre líneas, mucho glamour de melamina, algunas anécdotas graciosas cuya veracidad mejor no investigar y enters, muchos enters.

El critico pega muchas vueltas para no decir que el libro es un bodrio y que la redacción es la adecuada para infradotados en una clara inclinación a subestimar al lector. Lo leí, puedo afirmarlo... Y por las dudas aclaro, que  fue un regalo de cumpleaños...

Fuente: BuenosAires.gob.ar

23 comentarios:

  1. Igual el que propuso publicar la vida de este cretino es el enano Majul. Me da làstima la gente que compra esta bazofia.

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  2. El siempre subestima a la gente porque debe sentir que del otro lado de la pantalla hay infradotados. Pero esos infradotados lo dejaron de ver.
    Le falta clase, educación. capacidad, no tiene un rico vocabulario, hasta el punto de creer que no ha estudiado. El se cree una persona que no es, se piensa superior, creo que esta muy cerca de la esquizofrenia .

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    1. Sólo no comparto lo de la enfermedad mental. ¡Es un reverendo estúpido,síndrome de todo grone cursiento que cree que el poder alcanzado lo tendrá de por vida! Desconoce que la Ley de Newton todavía no se ha revertido.

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  3. O sea: Macri (o el PRO) avala ahora lo que nosotros ya habíamos anticipado en tantas notas publicadas en este Blog sobre el energúmeno! Rial no es un enfermo,es un pedazo de sorete con lengua y sin seso. Por ende no podría ser parido por una mujer sino por eyección anal de alguna yarará violada por un paramecio.Lo que no me explico es cómo existe todavía un público que lo adula sin ver su conducta serial misogínica y discriminidora brutal!
    Tampoco comprendo los políticos que estuvieron presentes en la fiesta de 15 de su hija Mo: Massa, Insaurralde,y Rodríguez Larreta (este último del PRO).Memoria falla pero la cinta de Gonzalito nunca!!!!

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  4. su manera de hablar, su voz, lo pintan de cuerpo entero, es una mala persona, es perverso, es por eso que esa pobre infeliz bailantera se deslumbró, varias veces en reportajes ha dicho; JORGE TIENE PODER!
    Todos,pero todos saben que es una basura, se pone a la altura de Garkunfel(nada de que ver) y los Whertein??????no creo que los Whertein lo quieran como amigos, esos vienen de familias muy bien, muy estudiosas, este quiere ser como todos ellos, no vieron como se lo sacó de encima a Ventura=Estelita es mujer,y ya sabía los desplantes de este,se acuerdan cuando hacía fiestas,etc.etc.jamás fué {]Ventura, y la D'Auro era la primera en despreciarlo.
    Ya Ventura sabía que no estaba a su nivel.
    Es una verdadera basura y la Loly se debe creer una Princesa,más que Máxima, porque Máxima es más sencilla.QUE GRASAS!!!!Majul debe estar feliz!!!!
    Tiempo al tiempo, todo pasa....ahora cuantos quieren disparar....
    Sin darse cuenta Del Moro con su juventud lo va pasando.
    Perdón, pero que sabe hacer este hombre? en que se destaca? en nada, no sirve para nada.

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  5. Por favor! Que alguien que tenga twitter le envíe este comentario publicado en el sitio de la ciudad de Bs. As.al "Supremo" (título obtenido sólo por misógino, extorsi, traidor y panqueque politico). Con algún comentario picantito (tal como "el PRO te marginó", etc.).

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  6. Lo lamento. No leo ¿literatura? decadente y servil.

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  7. Lamento querida Julia que hayas perdido tiempo en esto, yo por lo menos PASO..... no pienso leer una sola linea de mentiras

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    1. Perla, a veces me sorprendo de mi lado masoquista, en esta ocasión fue una de ellas...

      Jajajajaaa

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  8. El/la que te regaló eso te odia!

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    1. Gracias por abrirme los ojos... Voy a reconsiderar esa amistad!

      Jajajaja

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  9. Su alguien me regalara ese esperpento de libro, enseguida rompería esa amistad.

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  10. Julia, todos tenemos un lado masoquista, pero éste tuyo del posteo es imperdonable, jajajajajaja

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    1. Perla, mal que me pese debo darte la razón!! jajajajaja

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  11. Julia: con enorme esfuerzo leí toda (sí, toda) la publicación y lo imaginaba a JR sentado en un sillón con su Cohiba y su whisky... un horror.

    Pero no quiero dejar de hacer una mención que es más llamativa: el crítico Diego Papic trabaja para el Gobierno de la Ciudad, y seguramente recibe un sueldo que pagamos ENTRE TODOS con nuestros impuestos.
    Entonces, Sr. Papic, habiendo tantos libros interesantes, qué lo llevó a leer y a hacer una crítica de este esperpento? Para qué?
    Si el Sr. Papic trabaja Ad Honorem, que acepte mis disculpas. De lo contrario, que invierta mejor el sueldo que le pagamos y se dedique a criticar libros que valgan la pena, no pasquines.
    Saludos

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    1. Gaby, lo que este crítico cuenta es apenas un botón de muestra. La parte donde habla de ´sus gustos`, entre ellos whisky y Cohiba, es un poroto frente a la ostentación vulgar y exagerada que hace en su relato.

      Cuenta todo con una soberbia y una impudicia, dignas de alguien que no tiene ni siquiera el más mínimo escrúpulo o por lo menos, un poco de educación y vergüenza.

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  12. Qué le pasa a este trucho?? No se vende el libraco ese??
    AQ quién le importa algo de su patética vida cuente por el medio que la cuente??
    Se cree importante este chimentero de cuarta?

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  13. ES UNA DECEPCION,EN TODO SENTIDO,Y UN DESAGRADECIDO.

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  14. yo lo pispie una vez en el ateneo, mientras me tomaba un cafe, y las letras eran tan chicas, te tomaba un tiempo leer una pagina, eran muchas palabras para no decir nada, por suerte el habia subrayado las partes "mas importantes" pero siempre me gusta leer lo que opinan los criticos del libro, lei el articulo q puso julia y lo que mas me gusto fue la parte final de la aclaracion de julia jaja me quedo con tu critica julia jaja

    ademas todavia no puedo olvidar a Rial mostrando su pechito en la gente jaja por lo menos me hace reir en esto momentos tan tristes para la argentina

    http://1.bp.blogspot.com/-iGH2mOUQU3U/VH4ILFt8GfI/AAAAAAAAsCo/gfc5Y2okYyc/s1600/imagenes%2Brevista%2Bgente%2Btapa%2Bjorge%2Brial%2Bmariana%2By%2Bmis%2Bhijas%2Bme%2Bhicieron%2Bmejor%2B2%2Bdiciembre%2B2014%2Bfoto.jpg

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  15. Julia, en ninguna parte del libro habla de cómo le arruinó la vida a BEATRIZ SALOMON???

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  16. La persona que te regalo este libro Julia, te odia mucho.Sabélo.

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    1. Desde hace días no puedo dormir por esto. Me di cuenta que confié en quien no lo merecía...

      Jajajajjaja

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