En 1999, un urólogo norteamericano adquirió el que supuestamente fue el pene del emperador francés. Sin embargo, algunos investigadores cuestionan que aquella pieza sea la auténtica, la que un clérigo ordenó amputar por venganza
En la imagen no se lo ve tan escaso, aunque bueno... bien pudieron trucarlo...
Hace pocos días un sombrero de dos picos que perteneció a Napoleón Bonaparte (1769-1820) alcanzó el precio récord de 1,89 millones de euros en una subasta. Una prueba más de que la mitomanía por la figura del general francés sigue presente. Pero si alguien demostró devoción por hacerse con algo perteneciente a Bonaparte ese fue John Lattimer. En 1999, este urólogo y coleccionista norteamericano adquirió el que supuestamente era el pene del emperador francés por poco más de 3 mil euros. Detrás de su bajo precio estaban las sospechas de que no se trataba del auténtico miembro viril de Napoleón.
El que fue Emperador de Francia vivió sus últimos días en la isla de Santa Elena. Cautivo de los ingleses y rodeado de un pequeño grupo de seguidores, Napoleón Bonaparte empezó a sufrir un dolor en el costado derecho idéntico al que su padre tuvo poco antes de su muerte, posiblemente a causa de un cáncer de estómago. El dolor, que algunos expertos también han apuntado a que pudo ser causado por envenenamiento, fue consumiendo poco a poco a Bonaparte. El 5 de mayo de 1821 a las 17:49 horas falleció Napoleone di Buonaparte a los 51 años de edad. Según las personas que estuvieron presentes en su lecho de muerte, sus últimas palabras fueron: «Francia, el ejército, Josefina».
Según la versión más aceptada, el día de la autopsia, el cirujano Francesco Autommarchi mutiló el órgano por orden del abad Anges Paul Vignali, quien había mantenido una fuerte enemistad con Napoleón durante toda su vida. Al parecer, el clérigo guardaba rencor a «le Petit Caporal» –el apodo que usaban los soldados al hablar de su amado general– por acusarle públicamente de ser impotente. Con la mutilación del cadáver, Anges Paul Vignali buscaba vengarse como si de una broma macabra se tratara. Otra versión, sin embargo, afirma que fue el sacerdote que le dio la extremaunción a Bonaparte quien arrancó el miembro para posteriormente venderlo.
Una pieza de cuatro centímetros
El valioso miembro viril permaneció en la familia Vignali durante varias generaciones hasta 1924, cuando pasó a manos del librero estadounidense de A. S. W. Rosenbach, quien a su vez lo llevó al Museo de Arte Francés de Nueva York. En 1999, el urólogo John Lattimer ganó el miembro viril en una subasta organizada por el museo y lo añadió a su macabra colección. Entre sus extrañas posesiones también se contaba el cuello ensangrentado de la camisa de Lincoln y una ampolla de cianuro del nazi Hermann Göring.
En la actualidad, el miembro de Napoleón pertenece al hijo del urólogo, Evan Lattimer, que recientemente lo mostró para un reportaje del «Canal 4» de la televisión inglesa. La pieza es extremadamente pequeña, poco menos de cuatro centímetros de longitud, y en erección «habría alcanzado un máximo de 6,6 centímetros», según las notas de John Lattimer, ya fallecido. Un tamaño considerado en la categoría de microfalosomia, que concuerda con los problemas de crecimiento aparejados al de orden endocrino que el emperador Napoleón padeció en su infancia.
Pero, dado que existen tantas teorías contradictorias, también podría ser un fraude deslizado por el abad Anges Paul Vignali para mancillar la imagen de Napoleón como gran conquistador de mujeres, y que ese no fuera el auténtico pene. El general francés, originario de Córcega, se casó dos veces y tuvo un hijo. Además, su fama de incansable amante y seductor de mujeres de alta alcurnia, casi siempre casadas o comprometidas, ha quedado intrínsecamente vinculada al personaje histórico, junto al sombrero de dos picos y la mano en el estómago.
Así y todo, el expolio de los restos de Napoleón no fue un hecho aislado en la historia, sin ir más lejos la devoción por las reliquias de santos desató verdaderas disputas durante la Edad Media. En la actualidad, muchos restos de personajes históricos engrosan colecciones por todo el mundo, así es el caso de los ojos de Albert Einstein, guardados en formol en una caja fuerte en Nueva York, o el dedo de Galileo Galilei, en el Museo de la Historia de la Ciencia, en Venecia. (ABC)
Por suerte en nuestro país no llegaron a tanto, por ahora solo cortan las manos...
Era chiquitín el Gran Corso.
ResponderEliminarJulia tu página de diez.Hace poco, terminé de leer un libro, sobre Napoleón, y es así, el autor habla de su pene, de tamaño muy pequeño, y cuestiona, que su éxito, con las mujeres, más se debía, a su gran poder , que al tamaño del mismo...pero a doña Josefina, si parecería importarle, pues lo engañaba, siendo que él, la amaba muchísimo.
ResponderEliminarJulia tu página de diez.Hace poco, terminé de leer un libro, sobre Napoleón, y es así, el autor habla de su pene, de tamaño muy pequeño, y cuestiona, que su éxito, con las mujeres, más se debía, a su gran poder , que al tamaño del mismo...pero a doña Josefina, si parecería importarle, pues lo engañaba, siendo que él, la amaba muchísimo.
ResponderEliminar♥ ♥
EliminarUn literato como nadie el Gran Jacobo!!
ResponderEliminarHabiendo tanto para hablar de Napoleón, se concentran en sus genitales...
ResponderEliminartendria un chizito, pero la pucha que hizo historia el pequeño GRAN Napoleòn Bonaparte.
ResponderEliminar(Nicolàs siempre tan amargo, azucar, chico, azùcar!)
chizito, pero con huevos e avestruz.
ResponderEliminarEl que tenía un aparato impresionante era Rasputín, por algo enloqueció a todas las mujeres de la corte de los zares.
ResponderEliminarEstá en el museo erótico de San Petersburgo en un frasco. Las fotos están disponibles en google.
ahhhh por eso Garfunkel lo admira tanto que le puso Napoleón a su propio hijo
ResponderEliminarNo es un pene es un canuto!
ResponderEliminarQué morboso el tipo! A quién se le puede ocurrir conservar el pitulín de Napoleón?????????
ResponderEliminarAhhh capaz que a Garchanfunkel, que tiene,según él, manuscritos de Napoleón.
Le regalará el frasquito para la mesa de luz de Miriam?
ResponderEliminarNo te creas que sólo las manos Juli.
A Carlitos Menem, no le cambiaron el cráneo, los dientes, partes del tórax y otras cosas más?
Que tema ese....Es para un estudio psicológico ...quizás la pequeñez de su miembro lo incentivo de chico a tratar de imponerse de otra forma para no pasar verguenza frente a las mujeres ..esta bien que en esa época no sería temas tan públicos pero me imagino que se habrá comparado con otros hombres y se habrá sentido mal o disminuido .
ResponderEliminarEso pasa mucho en la actualidad con aquellos hombres que buscan a traves de ir al gimnasio y aumentar su musculatura ( no todos ) para desviar la atención de la mujer una vez desnudos .. es un tema para estudiarlo más afondo ..
Cómo me enferman estos germano-sajones HDMP.
ResponderEliminarSiempre queriendo deprestigiar, menospreciar, menoscabar, etc. a los grandes hombres-personajes-historias de los que no son como ellos (llamense latinos, celtas, árabes, iraníes, chinos, turcos, hindúes, etc. etc. etc.)...
Seguro no va a faltar el especialista norteamericano (o inglés) que descubra que Ricardo Corazón de León, o Lincoln, la tenían más grande que Lex Steele o Mandingo....)