Los ocho cuadernos de tapa dura tardaron diez largos meses en aparecer tras la muerte de su dueño, Néstor Kirchner. Máximo, el hijo mayor, era quien los buscaba con desesperación. Intuía que en esas hojas rayadas encontraría la respuesta a muchas de las preguntas que se hacían él y su madre viuda.
Porque era en esos anotadores donde el ex presidente solía escribir nombres, números con varios ceros, favores, contraprestaciones y distintos emprendimientos que acaso no figuraban en su declaración jurada. Kirchner empleaba una letra chica y desprolija y explicaba:
–Hay que escribir así, chiquito, para que los que estén hablando con vos no lleguen a leer.
Y también decía:
Y también decía:
–Las computadoras te las pueden hackear. En cambio, de acá no se escapa nada.
Pero el problema era que Kirchner ya no estaba. Y que los cuadernos habían desaparecido con él.
Pero el problema era que Kirchner ya no estaba. Y que los cuadernos habían desaparecido con él.
Máximo los había buscado sin suerte en los cajones de los distintos escritorios de su padre, en los placares, entre su ropa, en la Quinta de Olivos, Río Gallegos, El Calafate, en su oficina del Congreso, que permanecía intacta. Nada.
Ya estaba por rendirse cuando alguien le avisó dónde podía encontrarlos.
–Los debe tener Danielito –le dijo el funcionario, uno de los más influyentes del Gobierno.
Danielito era Muñoz, el histórico secretario de Kirchner que había dejado su trabajo por decisión propia tras la muerte del jefe.
Danielito era Muñoz, el histórico secretario de Kirchner que había dejado su trabajo por decisión propia tras la muerte del jefe.
No se sabe si los cuadernos realmente los tenía Muñoz, pero lo cierto es que días después de la pista dada por el funcionario ya estaban en poder del auténtico heredero del ex presidente y no de alguno de sus asistentes. Máximo había recuperado el tesoro. Corría agosto del 2011.
–¿Y? ¿Qué hay en los cuadernos? –quiso saber el funcionario que lo había guiado.
–Muchas cosas –dice que le contestó el joven Kirchner, con su locuacidad habitual.
La Presidenta agradeció esa información sensible de la que carecía hasta entonces. Su intento de reconstruir el verdadero patrimonio heredado, sus intempestivas inspecciones a empresas de integrantes del entorno kirchnerista, sus incómodos careos con empresarios cercanos a su difunto marido, todo lo había hecho a tientas hasta ese momento. Pero ahora parecía tener una lista precisa: la letra diminuta de Kirchner, los nombres, los números que había anotado, la llave de su contabilidad paralela descubierta recién diez meses después de haber enviudado.
Máximo, el nuevo macho alfa de la familia, la acompañó en la lectura e interpretación de aquellos garabatos escritos en tinta negra. Y la secundó en cada encuentro que la Presidenta tuvo con los hombres que aparecían en el ayuda-memoria de Kirchner. También mandó avisarles, antes de las reuniones, que se esperaba algo de ellos, al menos una explicación.
Fue lo que ocurrió con Sebastián Eskenazi, por entonces director de la petrolera YPF. En septiembre del 2011, un emisario del hijo K lo citó en el hotel Hilton de Puerto Madero para adelantarle lo que Máximo y la Presidenta pretendían de él: sentarse a discutir el futuro de la empresa, hacer causa común contra los españoles de Repsol –socios mayoritarios de Eskenazi– y pedirles que reinvirtieran los dividendos en la Argentina. Tres meses después, en diciembre de ese año, confirmó que el tema iba en serio cuando escuchó las mismas exigencias de boca de la propia Cristina en la Quinta de Olivos.
Fue en esa dura reunión cuando el empresario quebró su amistad con el Gobierno.
–Cristina, perdoname, pero yo no soy empleado tuyo –aseguran que le dijo.
Y cuando intentó explicarle que el trato que había cerrado con Kirchner era destinar todas las ganancias que obtuviera a pagar la deuda que mantenía con los españoles de Repsol tras su ingreso a la empresa, y no a reinvertir esa plata en la Argentina, la viuda lo frenó en seco:
Y cuando intentó explicarle que el trato que había cerrado con Kirchner era destinar todas las ganancias que obtuviera a pagar la deuda que mantenía con los españoles de Repsol tras su ingreso a la empresa, y no a reinvertir esa plata en la Argentina, la viuda lo frenó en seco:
–No me importa lo que hayas arreglado con mi marido.
¿Por qué el ex presidente había aceptado esa condición tan poco nacional y popular? ¿A cambio de qué?
No se sabe si su viuda interrogó a Eskenazi al respecto, pero sí está claro que la despedida que le dedicó ese día fue brutal:
–Mirá que te podés quedar sin nada si estatizamos la empresa. Sin nada y en Tribunales.
Máximo presenció la escena sin hablar.
Máximo presenció la escena sin hablar.
YPF fue expropiada tres meses y medio después, bajo la batuta de Axel Kicillof. Y Eskenazi perdió toda su participación en la empresa. (Noticias)
Para leer la nota completa hay que comprar la revista (o pedirla prestada jeje).
nooooooooooooooooooooooooooo, a quien se la pido prestada?????????
ResponderEliminarPara q. comprar la revista, para hacernos mas malasangre y darnos mas cuenta de como nos estan estafando esta manga de delincuentes?, ni pienso, para que tanta plata, un hijo falopero, la hija no aguanta a su madre y anda vagando por el mundo, ella cada dia mas tocada, nefastor muerto, para queeeeeeeee!!! nunca lo entenderè.
ResponderEliminarque lo disfruten en remedios oncologicos, con toda la onda lo digo.
sep, algo de eso habia olfateado al escucharla a Franchin criticar al gobierno tan duramente
ResponderEliminarCon Clarinete y Magnetto debe haber pasado algo parecido
Raro que el difunto los haya dejado a cargo del secretario y no de la parentela.
ResponderEliminarCapaz quería dejarle una tajadita del botín a la Elizabeth...
La libretita del alamcenero, ahi llevaba las cuentitas el tuerto de todo lo que se afanaba.
ResponderEliminaralmacenero, perd+on
ResponderEliminarQué interesante todo esto!
ResponderEliminarCon razón el otro día se la vio tan dura con el gobierno a Analia Franchin, la pareja de Eskenazi, en Intratables.
Cuando hace como 4 años me acuerdo que estaba en Bendita TV y se peleaba a muerte con cualquiera que criticara al gobierno... se vé que entonces soplaban vientos favorables, jejeje!!
Fue la madre de Cristina, Ofelia Wilhelm, el motivo del giro comunicacional de la jefa de Estado. Preocupada, la Presidenta le pidió a su madre que saliera de su casa, aunque a ella no le había entrado el agua –estaba, sí, en una de las zonas más afectadas–. Le respondió que no lo iba a hacer, y que se quedaba para ayudar a los vecinos.
ResponderEliminarPara el analista político y director ejecutivo de la consultora Opinión Autenticada, Federico González, la Cristina “auténtica” es la que está ausente ante estas situaciones, la que no le pone el cuerpo a las tragedias y adversidades. Según su opinión, caminar en los barrios inundados no fue más que una puesta en escena. Así como su primera reacción ante la designación de Jorge Bergoglio como Papa fue de malestar, la segunda fue almorzar junto a él y saludarlo en la misa de entronización. El ejemplo muestra las dos actitudes. La Cristina auténtica, según González, es la que se tensó por el nombramiento de Bergoglio. Almorzar con él fue, otra vez, una puesta en escena.
Alguien sabe donde se podra comprar el libro de este periodista ??
ResponderEliminarLa verdad que la oposición quiere ver cualquier cosa, entonces compra TODA LA CARNE PODRIDA.
ResponderEliminarSeguro que Kirchner que era tan vivo, iba a dejar sus cuadernitos con la cuentitas secretas con su secretario y
la familia no sabía nada.
Por favor, es tan poco inteligente creer estas cosas y ahora
veremos que otro CUENTASO nos vende DON SANATA, seguro están abonando el terreno.
Cuidado, el odio EMPACHA Y ENGORDA.
Yo no sé si lo de los cuadernitos es verdad o es mentira, pero que la Franchin (pareja de Esquenazi) pasó de defenderla a muerte a criticarla ferozmente es una realidad.
Eliminar19.40,preguntá en Cúspide.
ResponderEliminarCuando CFK se afanó YPF, era obvio que iba por la caja. Por lo tanto, esto no me sorprende en nada.
ResponderEliminarYani
21:44 vos estaras hecho un chancho dantinto!
ResponderEliminar8 cuadernitos llenos de...?
ResponderEliminarObviamente, lo obtenido y escrito en esos cuadernitos, no debe ser nada legal ni santo.
Yani
Pero les segis votando-))))))
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSi buscan un Estudio Contable hay muy buenas entenididas con muy buen manejo de empresas que recién se inician.
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