martes, 30 de agosto de 2011

El comentario destacado del día


baron Samedi ha dejado un nuevo comentario en su entrada "¡Quemá esas fotos!":  

"Ayer Salto era una fiesta.

Lo que más impresiona es la espontaneidad de la señora presidente que en medio de la protocolar revista a la guardia hacía saludillos con vivacidad a los "fans" que llevó temiendo no ser suficientemente vitoreada por los orientales, que no le perdonamos el largo cierre de las fronteras terrestres animado por ella y por el finadito que en paz descanse... 


La presidenta se mostró tan descontracturada como Pepe, pero es un decir, pues bien sabemos que de contracturas Pepe no sufre.

Tuteó a toda la troupe reunida allí en su bienvenida con grititos adolescentes típicos de las secuelas de un medicamento moderador de conducta: "Daniloo, ¿cómo te vaa?" "Holaaa, mucho gustoo, ¿qué taal?" ¿Para dónde hay que ir ahoraa, Pepe?" Y después, aprovechando que los puentes unen y los trenes también, dio un discurso electoral muy aplaudido por su claque -obviamente, los salteños no entendían nada- en el que nos enteramos que los problemas con los piquetes que cerraron los puentes en realidad eran organizados desde el Norte. Es decir, el imperio azuzaba a los vecinos y les sacudía frente a las narices falsos proyectos contaminantes en la esperanza de que se inmolaran por sus ideales... 

"Peleas entre hermanos orquestadas por ese Norte lejano que sólo quiere dividir a nuestra América", recitó la dama con voz quebrada de emoción mientras su séquito asentía y los acompañantes que hicieron tan largo viaje para el show agitaban banderitas de ambos países. Cuando los periodistas preguntaron a Pepe cómo se sentía fue violentamente retirado por Lucía que estaba muy apuradita, por lo que sólo pudo declarar "¿Cómo voy a estar? Contento, ¿tá?"

Todavía la emoción me embarga mientras les narro cual cronista mis impresiones, porque creo que ese tren va a durar casi lo mismo que un vuelo de PLUNA a Manaus que se inauguró durante el proceso cívico-militar en Uruguay: tres vuelos. Lo suficiente para que los tres comandantes en jefe y los treinta consejeros de estado se surtieran en un free port... 

Pido perdón de antemano a quien pueda haber herido en su susceptibilidad, pero sucede que yo a esta señora no le creo nada."