Solamente... Peter...

A los pies de un tal Peter

 Cuenta la leyenda que un día el productor ejecutivo de ShowMatch percibió una interesante onda entre Paula Chaves y Pedro Alfonso, productor raso de Ideas del Sur. Luego, la percepción se trasformó en idea y, de un día para otro, Peter fue incluido en el show y asumió entidad de “estrella”. La conversión de personas del montón en figuras populares es un camino que Marcelo Tinelli viene explorando desde hace años. Esta temporada lo hizo con Tito, lo aceitó con Coki y lo consagró con Peter.

Pibe de barrio él, mitad tímido, mitad caradura, pasó de ser un productor más, a tener un fans club, tapas de revistas, batir récord de seguidores en Twitter, y tener la posibilidad de levantarse a una top model.
Tiene cara de nada, y ante la felicidad o el espanto reacciona de igual forma: sin gestos. Claramente no es un exponente de talento, ni de histrionismo, pero amparado en aquel recurso de hacer reír sin sonreír que explotaron cómicos antológicos, Peter saca respuestas de la galera y nada en la tele de hoy como un pez en el agua.

Ladra como un perro enamorado, mientras le dedica una canción de Ricardo Montaner a su amada, se saca la remera si el “jefe” se lo pide y deja al descubierto un cuerpo poco tuneado, del mismo modo que baila si se lo requieren, besa a Paula al aire, y se calza unas plumas fucsias en su talk back de productor.

Acata órdenes y logra que los grandes nombres del canal y la productora le “pasen bolilla”, sigan su juego y se suban al ascensor de su fama.

En algún punto, La Cocina del Show se ha convertido en un Yo me quiero casar ¿y usted? contemporáneo sólo para Paula y Peter. Además, durante la última semana, Tinelli le dedicó varias llamadas por teléfono en Este es el Show, y hasta un día se acercó al piso junto a Pablo Codevilla, programador de El Trece.

Del mismo modo se comunicó Adrián Suar y, luego de decirle que “tenía menos gracia que un picaporte”, se convenció de hacerle un casting para un “bolito en Malparida”.

Con destreza y rapidez inusitada, este “productor humilde” – como le gusta llamarse- “le tiró los galgos” a una chica conocida y se adueñó del show.

En la calle se lo quiere, llama “Marce a su jefe”, le pide una reunión a “Adrián”, acumula minutos en ShowMatch y logra que, hasta los más altos bajen la escalera para conocerlo y terminen rendidos a sus pies.

La tele que todo lo puede, y Tinelli  su mejor explotador.


Fuente: Televisión