Maldito acertijo

De las puertas para afuera ella se muestra frágil y triste por haber vivido un duro trance a nivel afectivo, pero no todo es lo que parece.
Cuándo las cámaras están apagadas y los flashes brillan por su ausencia, esta mujer despliega todo su sex appeal para disfrutar las noches en brazos de diferentes hombres.


La canción de Natalia Oreiro dice: “Cambio dolor por libertad… cambio heridas por un sueño que me ayude a continuar…”, que fue la cortina de la novela “Muñeca brava”, puede también musicalizar la historia de esta mujer que decidió no vivir sumida en la tristeza para vivir la vida a pleno… pero se le pasó la mano porque terminó tirando la chancleta.

No hace mucho, ella vivió un momento más que difícil con quien fue su última pareja, y de hecho se habló mucho de lo que pasó.

Pero, la muchacha se mostraba bastante triste y bajoneada por un nuevo desdén amoroso que le dejó una profunda cicatriz en su corazón. A tal punto que más de uno se preocupó por como podía terminar.

La cuestión es que lejos de tirarse en una cama para convertirla en un mar de lágrimas, esta integrante de nuestro ambiente artístico quiere curar sus penas con sexo.

No son pocos los que quedaron boquiabiertos al verla por la noche porteña en compañía masculina; pero lo más sorprendente es que cada noche es un hombre distinto.

Mientras los fotógrafos duermen y las cámaras no encienden la luz roja de la fama, la señora se convierte en una come hombres y no deja títere con cabeza.


Fuente: PY