Zulma se confesó con Puro Show

Zulma Lobato íntima: cómo y con quién vive, sus secretos de belleza, la religión que la alimenta y los canjes que exige.

En las últimas semanas Zulma Lobato inició una vertiginosa carrera hacia la popularidad. Sin embargo, la vida del travesti aún no cambió y lejos del glamour y el confort que las luces de los medios prometen, ella sostiene una dura lucha por llegar a fin de mes. Zulma abrió las puertas de su intimidad a PUROSHOW para contar dónde y con quienes vive, cuánto paga de alquiler, en qué consiste su dieta y su rutina de ejercicios y sus trucos de belleza.

Además, la figura revelación mediática de 2009 se atrevió a enumerar qué cosas necesita, como canjes por presentaciones, para que su ascendente carrera no se detenga.

“Vivo en el barrio de Villa Ballester. Es lindo, me gusta. Vivo en una habitación de una casa de familia con la que no me doy mucho. La dueña de la casa es joven, tiene 42 años, un novio y siete hijos que vienen a visitarla. Espero que ya no tenga más porque va a quedar mas deforme de lo que es” advierte. “Por suerte yo no la veo mucho porque ella se levanta a las doce del mediodía y se acuesta a las cuatro de la mañana, no sé en que anda hasta tan tarde pero bueno, es su vida. Además, de pronto chocamos mucho porque además ella tiene 7 perros y 50 gatos que ensucian todo y siempre termino limpiando yo, es insoportable”, contó molesta la artista.

Zulma se apresura a aclarar: “quiero mucho a los animales, no me molestan ellos, pero de pronto me molesta la mugre. Con los animales está todo bien, yo tengo mis tres perros y los adoro. Mi perra más vieja se llama Zulma y tiene siete años, Nélida tiene cuatro y medio y Emmanuel de dos años y medio. Les puse sus nombres obvio, por Zulma Faiad y Nélida Lobato. A Emmanuel le elegí ese nombre porque quiere decir ´Dios´ en hebreo y yo soy muy creyente, me aferro mucho, por eso también es que me llegó este éxito”. Zulma es muy unida a sus perros. Ellos son, de algún modo, su familia: “yo los rescaté del abandono, de la maldad de la gente que los había dejado. A Zulma me la dio un veterinario, tenía un año y su familia ya no la quería más. Yo la amé apenas la vi y nos convertimos en inseparables. A Nélida la rescaté de una plaza, un invierno, hace cuatros años. Una noche más y se moría, era chiquita, flaquita y se estaba congelando” recuerda. “A Emmanuel no, a él me lo regaló una amiga. Es un canichito, chiquito, parece una ovejita. Es hermoso y es de raza pero es muy delicadito, no puede chupar frío porque se enferma. A la noche tengo que ponerlo al lado de la estufa y taparlo con sus mantitas porque se congela y tirita”.

Los perritos de Zulma no "se dan" con los otros siete de la dueña de casa. “Yo los tengo encerrados en mi pieza conmigo y salen con correa. No se juntan con los otros porque sino se arma. Tienen sus platitos de agua y comida aparte y su vida. No se mezclan con el resto” aclara Lobato. Nélida, Zulma y Emmanuel colaboran en la carrera de su dueña, ellos son los responsables de que ella mantenga su figura: “Los saco a pasear con sus correas por el barrio y visitamos a los vecinos. De pronto caminamos horas y eso me ayuda a mantenerme flaca y a tener estas piernas, porque no tengo plata para ir al gimnasio y tampoco tengo tiempo. Es divertido sacarlos, son como chicos".

Pero no sólo los perritos son los responsables de las piernas de la que se enorgullece Zulma, la vedette también confiesa el secreto de su dieta: “mate y galletitas de agua, sobre todo a fin de mes. Más a principios de mes puedo tomarme un buen café con leche con un jugo de naranja o pomelo con medialunas de manteca y grasa. Ahora tengo mas shows y me doy esos lujos más seguido”. El almuerzo de Zulma es casi siempre el mismo: "pollo sin piel para evitar el colesterol” y ensalada de lechuga y tomate condimentada con vinagre y aceite y apenas un poquito de sal “para no retener líquidos”.

Así como cuida su cuerpo, Zulma cuida su espíritu. Aunque ya no lee la Biblia, tanto como lo hacía antes porque asegura no tener tiempo, encontró otra solución para estar cerca de Dios: hacerse pasar la Biblia a casettes. “La conductora de Crónica, Anabela Ascar, me grabó unos casettes con salmos y canciones y yo los escucho cuando me estoy maquillando o vistiendo y me llena el espíritu, me da paz interior y fe en que ahora va a venir lo mejor”, contó.

Días tras día, mientras se arregla frente al espejo escuchando esos salmos, Zulma piensa en sus deseos y hace una lista mental de las cosas que necesita para continuar su ascendente carrera. “Yo quiero triunfar, perfeccionarme y cuidar mi imagen, pero todavía no puedo, me faltan cosas” dice y pasa a enumerar: “me gustaría tener más zapatos. Unos Ricky Sarkany estarían muy bien, él es palabra mayor. De pronto unos dorados o plateados me vendrían bien, aunque los negros nunca están de más porque pegan con todo. Soy talle 41 y nunca uso menos de 10 centímetros porque sino soy bastante bajita, mido 1.65. También necesito ropa interior. Soutiens talle 90 y bombachas, porque las mías están viejas. Caro Cuore es una marca muy linda, Cocó también. Victoria Secret de pronto, es palabra mayor” se entusiasma. "También necesito medias de nylon color tostado y maquillaje. Las pinturas son caras y yo ahora que hago shows necesito muchas. Uso colores claritos porque soy muy blanca aunque también me gustaría tener purpurina de colores. Cualquier marca está bien, pero que sean lindas".

Su actualidad requiere exigencias de vestuario: "estoy vendiendo mis shows a $900 y la gente tiene que ver cosas de calidad. Igual de esos $900 no veo demasiado porque gasto en taxi, en mi manager, en maquilladora. Dicen que Flor de la V cobraba cinco mil al principio y yo quiero llegar a eso”.

Ella además sueña con tener más vestidos para lucir en escena: largos y con grandes tajos a los costados para que se luzcan sus piernas. “Corto no porque ya no estoy para esas cosas, largos y elegantes” advierte. A pesar de su timidez a la hora de mostrar el resto de su cuerpo, Zulma, de 51 años, se siente seductora y como toda mujer, desea tener un hombre a su lado.

“Tengo un hombre que me llama ahora, tiene menos de cuarenta años, a mí siempre me gustaron jóvenes. Es profesional, tiene auto y un buen pasar económico. Me hace sentir bien pero no quiero revelar cosas de él” dice misteriosa antes de lanzar su máximo deseo.

“Si Dios me da el privilegio de encontrar a alguien que me ame por lo que soy no podría pedir más nada. Él me dio la oportunidad de tener éxito, ahora tal vez encuentre a esa persona. Lo único que quiero es que no me vivan más, que no me chupen hasta el último peso y se vayan. Es feo eso. De pronto, eso es lo único que pido” concluye.