Leer esto es mucho para mí ...

Una lectora nos envió este artículo:

Cholu dijo...

Julia esto es para vos. El título que le podrías poner al post podría ser "SANTA CANOSA DE CALCICUTA"

Viviana canosa pasa a radio 10 y sigue en los profesionales de siempre

“El noticiero es más frívolo que yo”

La Cruella de Ville de las tardes televisivas se prepara para reemplazar a Baby Etchecopar en la emisora de Hadad. Dice que es la única periodista independiente en una tevé hipócrita y enrarecida. Pero que la gente ve lo que quiere ver.

A sus zapatos. Canosa tuvo que armar una estantería en su camarín de Canal 9 para hacer lugar a su colección de stilettos, regalo de un amigo fabricante. Sin embargo, dice que de diva sólo tiene el chihuahua.

Está en su camerino del nueve, que es como su casa. En la oficina de al lado trabaja su marido. Acá está su ropa, sus zapatos de Lonté y su perro chihuahua, perro de diva. Locutora, productora, laburante “del medio”, Canosa se ve, sin el filtro del televisor, más pálida todavía, en contraste con su pelo rojo imposible. Ella ocupa, en ese medio del que despotrica pero sin el que no podría vivir, un lugar casi necesario, es la figura femenina que hace ruido en el periodismo del espectáculo, como llaman, ella y sus colegas, a lo que hacen, vade retro la palabra chimento, tan devaluante. Tiene contrato fresco con Radio 10 para los mediodías. Y un año más en el nueve.

“Pero en la radio es donde soy yo realmente –dice, humana–. Ahí cuento que mi perra está complicada con la patita, y la gente llama. Es estar rodeado de amigos. La tele es todo lo contrario.

–Vas a estar en el lugar de Etchecopar, un espacio muy formateado y de derecha, favorito de tacheros iracundos.

–En verdad, escucho más al negro Oro por cuestión de horario. Pero mi idea es generar una cosa superfamiliera, con buen humor y casi nada de espectáculos, me olvido de eso.

–¿Seguís padeciendo la tele?

–Siempre. La tele es algo que siempre se padece. No reniego, porque podés estar 20 años haciendo radio que si no hiciste tele la gente no sabe quién sos. Ser sincero no va con la tele. Para estar acá tengo que pelearme con gente y lidiar con invitados secuestrados. La tele es de una hipocresía que da asco. Y no todo es guita; si bien hago un programa frívolo a la tarde, soy la única mina independiente. No transo con nadie, nadie me pasa un sobre para hablar a favor o en contra. Y están todos comprados, los que laburan en el jurado y en la previa. Gente que hablaba pestes de Tinelli y ahora que forma parte de su elenco, habla maravillas. Yo me la banco. Y no estoy en ningún jurado. Además, la farándula está cada vez más berreta, más paupérrima.

–¿Cómo están las cosas con tu archienemigo Jorge Rial?

–Para mí ya dejó de ser mi archienemigo, pero él tiene una obsesión muy grande conmigo. Yo nunca me peleé con él. Competimos, a todo el mundo le encanta tener primicias y a mí también porque laburo para ganar en todo lo que hago. Cuando competíamos palmo a palmo, en 2003, le gané todo ese año con tres puntos de ventaja. El año pasado también le ganaba y ahora tengo la desventaja que voy una hora más tarde para todo. Él tiene una hora y media para aventajarme, a pesar de lo cual muchas veces le gano igual. Además, no laburo ni en Canal 13 ni en Telefé, no tengo la tecnología a mi disposición ni figuras a las que pueda entrevistar cuando no hay un invitado de Bailando.

–¿Cuánto dependen programas como el tuyo y el de tu enemigo de los productos marca Tinelli?

–La gente se empezó a cansar de lo que hace Tinelli. Cuanto menos hago Tinelli, mejor me va. De todas formas, si programas como el nuestro hablan de Tinelli está bien; el problema es cuando lo hacen los noticieros. Ahora toda la tele hace chimentos. No somos nosotros los equivocados: programa que ves, está haciendo espectáculos. Mirá lo que son hoy los noticieros: que si un perro se perdió o Cristina se pone botox. No hablan de si el país se viene abajo, no dan noticias. A veces hago más periodismo político que los programas políticos, y estoy más en contacto con la realidad de la calle que los noticieros, ocupados con cómo hace la Fulop para mantener el culo parado, son más frívolos que yo, ¡hacen pasando revista! Algo estará pasando con la gente, que quiere distraerse, desenchufarse. La gente ve lo que quiere ver. Y la tele está rara. Lanata se pelea con el Teto Medina, que es un cuatro de copas. Pero jamás subestimo al público, que quiere relajarse.

–¿Porqué hay tanto famoso que nadie sabe quién es en los programas de la tarde?

–Porque importa la historia antes que la cara. Si ponés una superfigura sin nada interesante para decir, no mide como un personaje que tenga historia de vida: que el marido la dejó, que de chica la cagaban a golpes. Lo que garpa es el talk show. Entre una Susana que no diga nada y una desconocida que cuente que un famoso la acosó, que fue violada de chica, no hay duda posible. La gente que ve la tele no tiene ni para comer y quiere identificarse con las historias, como la de una vedetonga que llegó con una mano adelante y otra atrás y hoy está en la calle Corrientes: lo que le pasa a ese famoso le puede pasar a ellos. Este año trajimos a Las Rikitas y recontragarparon. Trajimos a Los Grosos que me marcaban rebien. Los traje yo a mi programa por primera vez, ahí tengo la placa de madrinazgo. Yo saco de entre las piedras porque no tengo guita para garpar a Richard Gere que venga de Estados Unidos a contarme cómo le fue con el Dalai. Me encanta que estén Los Grosos, pero también que venga una mina cuyo hijo tomó paco toda la vida. Fijate que traje a un indigente, Cristian Mercatante, que era del programa El bar y apareció en una revista buscando en la basura. Lo traje, lo traté como mi mejor amigo, y me funcionó genial. Pero después le conseguí ropa y un hotel. Eso me llena mucho como persona.

Fuente: Crítica