lunes, 20 de octubre de 2008

No todo estaba tan claro...


El periodista se comunicó con “Intrusos en el espectáculo” y contó su verdad en contraposición a las declaraciones que dio a la prensa Sandra, la madre de Nahuel Fantino.

Muy enojado Alejandro Fantino habló esta tarde con Intrusos en el espectáculo y declaró que está muy enojado con las declaraciones a la prensa que realizó Sandra, la madre de su hijo de 17 años.

Hace semanas salió a la luz la historia oculta del periodista deportivo quien tenía un hijo de 17 años que vive en Rosario, al que Fantino reconoció a los 10 años, apenas se enteró de la verdad.

En un primer momento Alejandro reconoció los trascendidos y explicó cuál fue la verdad de la historia que lo unió con Nahuel. Finalmente esta semana la madre del joven envió una carta a los medios en donde dice que nada de lo que declaró el periodista es verdad y tuvo duras críticas para con él.

Esta tarde el periodista se comunicó con el programa que conduce Jorge Rial y reconoció estar muy enojado con los medios y con el trato que le están dando al caso. (Primicias Ya)

¿No era todo color de rosa lo que se comentaba sobre la relación de AF y su hijo?

A continuación la versión de la madre

"Con Alejandro estaba todo muy bien, pero eso fue hasta que se casó"
Sandra Algarbe habla de Nahuel Fantino, el hijo que tuvo con el relator hace 17 años, y de su relación con él.

La semana pasada, Alejandro Fantino salía a reconocer en todos los medios que tenía un hijo de 17 años, llamado Nahuel Johnatan, fruto de una relación ocasional a sus 19 años, con Sandra Algarbe, en San Francisco, ciudad cordobesa de 60.000 habitantes que limita con Santa Fe. El último viernes Semanario, que ya tenía información sobre la paternidad, se comunicó con el ex conductor de “Mar de fondo”, de 37 años, para saber de su propia boca los pormenores de la historia. “Nunca dije públicamente que tenía un hijo porque mi vida no pasa por los medios. Es cierto, Nahuel es mi hijo, hace siete años que me enteré de su existencia y lo amo con toda mi alma”, decía Alejandro, en un alto de su viaje a Córdoba y Santa Fe, el último viernes. Pero Semanario fue en busca de la otra parte de la historia, y después de varias llamadas telefónicas a la ciudad de San Francisco, finalmente dio con Sandra Algarbe, la madre de Nahuel, quien desde hace siete años lleva el apellido Fantino. En una charla amable de casi una hora, Sandra contó los detalles del por qué esperó diez años para revelarle al periodista la verdad sobre su hijo. Al cierre de esta edición, nos volvimos a comunicar con Sandra para ultimar los detalles de las fotos a publicar, y nos encontramos con llantos desconsolados del otro lado del teléfono. A continuación, los detalles de una nota que tuvo un final inesperado.
“Nací y vivo en San Francisco; soy tres años más grande que Alejandro y lo conocí cuando él tenía 15 años porque vino a vivir acá. Íbamos al colegio San Martín (el mismo al que hoy asiste Nahuel). Yo empecé a salir a bailar cuando tenía 21 años, desfilé dos veces y ahí empecé a tener más relación con él, porque también desfilaba”, recuerda la madre de Nahuel, y enseguida aclara: “La nuestra no fue una relación formal, no éramos novios, pero salíamos todos los fines de semana. No me gusta que digan 'ocasional', porque nunca fui ese tipo de mujer”. Aquellos años de adolescencia quedaron marcados a fuego en la memoria de Sandra, y tan profunda fue la huella que dejó el ex relator de Boca Juniors en su vida, que después de ese amor vivido a la luz de la inocente adolescencia, nunca más volvió a formar pareja.
“Casualmente, quedé embarazada el 8 de octubre de 1990 (dice casualmente porque el último 8 de octubre se dio a conocer públicamente la paternidad de Fantino), me acuerdo porque Alejandro cumple años el 26 de septiembre, y ese fin de semana salimos, pero no hicimos nada porque yo estaba indispuesta, entonces nos volvimos a ver el fin de semana siguiente”, aclara Sandra, que se aferra a los detalles con la sola intención de relatar los hechos tal cual sucedieron.

Desencuentros

Lo que sucedió después se podría definir como una historia de enredos y desencuentros, porque Sandra se enteró de su embarazo a los tres meses de gestación y, para ese entonces, no solamente había terminado su relación con Alejandro, sino que él se había ido a vivir a la provincia de Misiones. “Yo no entendía lo que me pasaba, comencé a sentir rechazo por Alejandro, era una cuestión de piel, me daba como asco estar cerca de él, pero a la vez lo seguía queriendo. Con el tiempo me enteré de que eso es algo normal, que le pasa a muchas embarazadas con sus parejas. Ese fue el motivo de nuestra separación”. Ya entrado diciembre de aquel 1990, Sandra decidió ir al médico porque, por primera vez, notaba que su período, no era normal. “Mi mamá me acompañó a realizarme una ecografía, y ahí me enteré de la existencia de Nahuel. A partir de ese momento traté de ubicar a Alejandro por medio de sus padres y amigos”, agrega. Desde el principio, Sandra decidió que el hijo que llevaba en su vientre iba a nacer, pero ni a los padres de él ni a los amigos les dijo que necesitaba encontrar al ex relator porque estaba embarazada.
La noticia de la maternidad de Sandra cayó como un baldazo de agua fría en su familia, ya que su padre le había dado una educación muy estricta y estaba por ser intendente de la ciudad. “Que yo estuviera embarazada era una vergüenza total, mis padres se divorciaron y yo me fui a vivir con mi mamá y mis hermanas a una casa de fin de semana que teníamos en las sierras de Cosquín. Dejé la facultad y me dediqué a trabajar para poder criar a mi hijo. Vivía totalmente aislada y Nahuel creció a puro contacto con la naturaleza”, afirma. Paradójicamente, la vida de Alejandro comenzaba a cambiar; su cara aparecía en todas las revistas y su futuro asomaba cada vez más alentador.
Mientras vivió en Cosquín, Sandra se convirtió a la religión mormona, y recién a los cinco años de estar en las sierras se enteró de que su antigua pareja era conductor de televisión. Aunque en ese entonces viajó a Buenos Aires, no tuvo el valor suficiente para enfrentar al padre de su hijo, que gozaba de gran popularidad. Finalmente, cuando Nahuel terminó la primaria, con diploma de honor, le pidió como regalo a Sandra poder conocer a su padre. “Ahí me puse las pilas, ahora lo tenía que hacer por mi hijo. Vendí un lavarropa, junté plata y me fui a buscarlo a la puerta de TyC Sports, donde hacía su programa. Lo esperé hasta las tres de la mañana; cuando salió, vino directamente hacia mí, lo miré y le dije que teníamos que hablar. Él me preguntó si Nahuel era su hijo, le dije que sí y nos pusimos a llorar. Al otro día me llamó al templo, no podía creer que yo fuera mormona, me dijo que se iba a hacer cargo de todos los gastos de nuestro hijo y a la semana se hizo el ADN, que dio positivo”.

La esposa inesperada

Desde aquel reencuentro, no dejaron de hablarse por teléfono ni un solo día y cuando Alejandro terminó su relación con la actriz Ana Azcurra, ambos intentaron recuperar los años perdidos. “Me propuso juntarnos, pero yo quería casarme, al menos por civil. Eso le causó un enojo muy grande; pero yo quería formar una familia de verdad”, sigue Sandra.
En el 2006, Alejandro se casó en secreto con Miriam Lanzoni en su San Vicente natal, provincia de Sante Fe, -según Sandra- la relación de Alejandro y ella comenzó a enfriarse, por eso estuvieron seis meses sin comunicarse. “A mí me dolió mucho que se casara, pero está bien, era su decisión. Sé que su esposa no quiere a nuestro hijo y eso me duele, porque siento que no le da a Nahuel el lugar que se merece. Después, Alejandro dejó de ver a Nahuel por varios meses y la cuota alimentaria que me pasa no es la que corresponde”, reclama con un poco de enojo, por primera vez en toda la charla.
Pero el último lunes, al comunicarnos con Sandra para pactar las fotos a publicar, nos sorprendimos al escucharla llorar desconsoladamente. “Recién corté con Alejandro y me dice que si hablo lo voy a hacer mierda... Lo único que quiero es contar la verdad. Me amenazó con que no me va a pasar más plata y con que me va a mandar abogados. Yo no quiero ningún problema. También me dijo que mi hijo se va a ir con él y con su mujer, y que si yo hablaba (con esta revista), iba a decir que le robé a su hijo durante diez años”.
Más tarde, volvimos a comunicarnos con Sandra y ya estaba más tranquila. Autorizó a publicar las fotos de Nahuel y aseguró: "No tengo miedo, porque yo estoy diciendo mi verdad". Esa verdad que cargó sola durante diez años, y que ahora revela en Semanario.


9 comentarios:

  1. Mmmm aca hay gato encerrado me parece, hay muchas cosas que no me cierran. Es como el primer capitulo de una novela mexicana...

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  2. que historia!!!

    igualmente me parece que hay cosas muy poco claras, la verdad la saben ellos solamente.

    lastima que el que queda en el medio como rehen de la situacion es este chico adolescente que imagino que lo unico que quiere es que sus padres se lleven bien y contar con los dos para lo que necesite.

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  3. soy de san francisco esto es tal cual lo cuenta la madre. ella es mormona y siempre estuvo con el chico. lo que no se es có mo es la relación entre ellos dos, pero a la madre no se le conoció otra pareja nunca y fantino la venía a ver seguido.

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  4. Yo creo que la madre esta dolida al casarse Fantino con otra y que esta no quiera aceptar al hijo, asi como lo cuenta la madre.La mujer de Fantino creo que envuelta en celos hizo que se distanciaran Ale y Sandra.

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  5. Por que tanto la madre como el padre no se dejan de joder y aclaran todo esto sin la intervencion de los medios. el que paga el el hijo. Cuando la gente ve una camara tiene diarrea oral.

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  6. yo no se ni me importa la verdad, pero lo que si reconozco, es que ayer fantino, le cerro el orto a rial y ventura.
    se cagaron!!!!!!!!!!!!!!!! y como me alegro.

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  7. En el blog del Peón dice que Intrusos se comió los mocos y el anónimo de 13:11 que le cerraron el or..;que pasó exactamente?que dijo Fantino?

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  8. simplemente Fantino no dejo hablar a nadie, no les cerro nada, ni rial e comio nada, el tipo hablaba y hablaba muy indignado y no dejo lugar a una charla Fue el tipico monologo *me saco y no respondo a las preguntas comprometidas*

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