Estos corporativistas gremiales siempre se victimizaron como perseguidos, al igual que los integrantes del movimiento que los cobija, pero nunca se presentan a la justicia demostrando el origen de sus abultados y en la mayoría de los casos obscenos patrimonios. Cuando se ven acorralados por las pruebas que delatan sus irregularidades aprietan, amenazan, corrompen la paz social, paralizan el país y atentan contra la democracia, siempre obraron de la misma forma pero nunca pueden demostrar su inocencia ante la justicia (que durante años ha obrado con una cobarde impunidad), por otra parte, están los dirigentes honestos, que quiero suponer que los habrá, obrando con la complicidad de su silencio, sin importarles la afectación de su propio prestigio. Cualquier ciudadano pensante puede suponer acaso que un trabajador honrado que llega a la dirigencia de un gremio puede enriquecerse y además ostentar vergonzosamente de la forma que lo hacen estos que hoy se declaran perseguidos? La sociedad los repudia, pero ellos se perpetúan en sus cargos aduciendo la defensa de sus afiliados, esos que con sus aportes, mantienen el nivel de vida de esta casta enquistada en los que llaman gremios cuando en realidad son corporaciones mafiosas.
Ratas acorraladas. Que esta sea su hora final.
ResponderEliminarAsco dan !!!.
ResponderEliminarPobre Margot! No se dio cuanta como la cag... Massita seca?
ResponderEliminarEstos corporativistas gremiales siempre se victimizaron como perseguidos, al igual que los integrantes del movimiento que los cobija, pero nunca se presentan a la justicia demostrando el origen de sus abultados y en la mayoría de los casos obscenos patrimonios.
ResponderEliminarCuando se ven acorralados por las pruebas que delatan sus irregularidades aprietan, amenazan, corrompen la paz social, paralizan el país y atentan contra la democracia, siempre obraron de la misma forma pero nunca pueden demostrar su inocencia ante la justicia (que durante años ha obrado con una cobarde impunidad), por otra parte, están los dirigentes honestos, que quiero suponer que los habrá, obrando con la complicidad de su silencio, sin importarles la afectación de su propio prestigio.
Cualquier ciudadano pensante puede suponer acaso que un trabajador honrado que llega a la dirigencia de un gremio puede enriquecerse y además ostentar vergonzosamente de la forma que lo hacen estos que hoy se declaran perseguidos? La sociedad los repudia, pero ellos se perpetúan en sus cargos aduciendo la defensa de sus afiliados, esos que con sus aportes, mantienen el nivel de vida de esta casta enquistada en los que llaman gremios cuando en realidad son corporaciones mafiosas.