Una campaña de Noblex que parecía haber salido mal pero que por los imponderables del juego se dio vuelta beneficiándolos, a tal punto que por lo ridícula de la situación que se generó, graciosamente todos seguimos alimentándola gratis.
El gerente de marketing, en su momento seguramente denostado por sus jefes, ahora pasó a ser un capo. Ya podrá dormir tranquilo... Le acaban de sacar el respirador...
La verdad es que el que va a cambiar el televisor para ver a los 11 matungos argentinos es porque les gusta tirar la plata.
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