Jorge Rial dio una nota para "el gran monopolio argentino"

El encuentro demoró en concretarse porque Jorge Rial es un tipo muy ocupado. Radio a la mañana, en La Red. Intrusos al mediodía, en América. Compromisos varios por la tarde (por su marca de ropa, por ejemplo). Y un buen tiempo de dedicación a su familia (sus hijas Morena y Rocío, y su novia Mariana Antoniale). El conductor ofrece reunirse en Casa Cruz, uno de los restaurantes top de Palermo. Y su propuesta parece al menos interesante. Allí, tras la entrevista, presentará su nuevo libro Yo, el peor de todos.

El chico de Munro, ese que cuenta que cenaba solo porque sus padres tenían comida para él y nadie más ("mi mamá me mentía con que ella prefería comer livianito a la noche"), el infante que almorzaba con las propinas que Mercedes Sosa le daba a su papá mozo ("un gran lector y muy llorón"), está a punto de degustar un par de empanadas soufflé de cebolla y queso, que bien deben valer bastante más que una porción de la grande de mozzarella de Astral, la clásica pizzería de su antiguo barrio.

Está sentado y sonriente. Y confiado. Sabe que su nueva incursión en el mundo editorial será un éxito. Porque hoy él es la figura, incluso por sobre las figuras "del ambiente", como llamará durante la charla al mundo en el que se mueve ¿Pero por qué una autobiografía? ¿Por qué alguien puede pensar que su vida genera interés en los demás? Esas son las primeras preguntas de una charla en la que Rial, el periodista, el padre, el malo, el descorazonado, no pondrá condiciones.

"Escribí el libro para ver si podía interesar mi vida o no. Era una buena manera de saberlo. Uno cree que sí, porque labura los medios. Y se maneja con audiencia, rating o tirada de revistas. Pero hay un error común en los famosos que se lanzan a la política, por ejemplo: confunden rating con votos. Acá la idea fue de Luis (Majul). Me venían ofreciendo hacer libros, pero del mundo del espectáculo o de autoayuda. La verdad, no quería. No quería salir a currar. No escribí el libro por guita ¿A quién le puede interesar? Yo no sabía a quién. Increíblemente el arranque es muy bueno. A alguien le debe interesar", analiza, en el inicio de la entrevista con Clarín.

¿Dudabas de eso?

No era que dudaba. Creo que soy un tipo muy controversial, lo tengo muy claro. Por eso el título. La mitad de la biblioteca me ama y la otra me odia. Y eso después cambia. Tiene que ver con la exposición. Nunca nadie a lo largo del proceso del libro me dijo "no hagas esto". Apostaron muy fuerte. Algo debe interesar. Si me preguntás a mí, no sé por qué. No sé si leería mi libro, si leería la biografía de otro. A ver, ¿por qué leería sí esta? Porque no es una biografía edulcorada. Cuando uno escribe sobre uno mismo, lo hace desde la mirada de uno, que siempre es buena.

Nombrás a mucha gente conocida. Y, mirá, yo a veces creo que en el periodismo de espectáculos es mejor no decir que decir. Guardarse algo para usarlo después, como una especie de as en la manga.

No es así. No decir lo hacés cuando no tenés más nada que eso. Yo tengo mucho para contar. Puedo dar nombres. El mundo del periodismo, en general, es bastante cobarde. En el deportivo no podés decir de qué club sos, porque tenés miedo de que te cague a trompadas la hinchada contraria. En el de espectáculos no podés nombrar a los famosos porque temés que no te den más notas. En la política ni hablemos. Y yo, a esta altura, tengo 53 años, 30 en el periodismo. Fundé revistas, estuve en nacimientos de diarios, hice programas, mejores y peores, sitios de internet. Si no doy nombres, si no cuento las cosas como son, me parece que no sirve. Un libro donde te dicen " es un político, de menos de 50 años, que vive en la Zona Norte". Y no decís (Sergio) Massa, sos un boludo. No va para mí.

Recién dijiste la palabra "miedo". Y en tu programa la decís muchas veces ¿Realmente sentís que te tienen miedo?

Te voy a ser sincero. Esa visión mía que algunos medios dan, que soy un apretador, un mafioso, un extorsionador... Te puedo asegurar que no lo soy. Cuando me tengo que pelear me peleo de frente. Nunca por atrás. Perdí y gané amigos por eso. Mi laburo termina cuando se apaga la cámara. Tengo una vida personal muy rica. Gano bien en la tele, en la radio y tengo una de las dos revistas más vendidas del país ¿Para qué extorsionar? No tengo ni fotos, ni videos de la gente. No tengo nada. Cuando me llega algo que puede molestar a alguien, el primero que se entera es él. Cometí errores a lo largo de mi carrera. Esa visión mía, del extorsionador, se la armaron y hay vivos que la explotan.

A mí más de una vez me dijeron "cuidado con Rial, mirá que si te hace la cruz, fuiste".

En el canal durante años pensaron que yo lo manejaba. Entró Viviana Canosa este año, ponele. No dije nada. Me encanta que tenga laburo. Nunca opiné. Cuando me tuve que pelear me peleé directamente yo. Es mi estilo. Me como piñas también, eh. No laburo para la SIDE como alguna vez dijo Lilita (Carrió), que creía que los fotógrafos de Paparazzi la seguían...

¿Te sentís un tipo poderoso?

Cuando uno está en los medios obvio que tiene cierto poder. Vos decís algo y repercute de una forma diferente. Subo algo a Twitter, que tengo 3 millones de seguidores, y obviamente que tengo repercusión. Intrusos marca la línea. Si vamos para un lado, el resto nos sigue. Un día Gustavo Yankelevich me dijo que si yo le "pegaba" a Susana, le "pegaban" todos. Y si no, nadie. Lo tengo claro. Pero me manejo por sentimientos. A veces puede ser que con alguien me enrosque mucho. Tiene que ver con lo que siento yo, no para sacarle algo.

Te cuesta controlar los sentimientos, igual. Cuando te enojás, te enojás.

Ahora me controlo un poquito más. Pero sí, soy calentón. Me equivoqué mucho al aire, y pedí disculpas. Pero es muy difícil controlarlo.

¿No sentís que expusiste un poco quizás demás a tus hijas en todo este tiempo?

Eh... (piensa). No me pude bancar algo, que fue lo que me explotó la cabeza y me hizo salir a pelear. Aquella famosa tapa de Noticias en la que mi ex mujer me puso en un lugar de...

De mafioso.

Comprobado, todo mentira ante la Justicia. Ahora tiene que cumplir una probation. Tuve que salir como un loco a Tribunales. Una locura que yo no quería. Ahí sí podemos hablar de extorsión. La viví. Y salí a hablar porque me cansé del monopolio "Rial es un hijo de puta". Entiendo que estamos en una sociedad en la que es raro lo que me pasa a mí: que mis hijas estén conmigo. Es obvio que la gente crea que hago todo lo posible para que estén conmigo e impido el contacto con la madre. Te puedo asegurar que no. Podés hablar con la jueza y preguntarle si existe algo así. Cero. Ellas se ven con la abuela, con la tía. Logré no tener ningún tipo de sentimiento con ese pasado. Ni de bronca ni de nada. Ella las expuso del otro lado cuando dijo lo que dijo de los robos, que los chicos adoptados tienden a robar. Había parte del expediente publicado en diferentes medios, y eso está prohibido.

Bueno, vos en el libro hablás de tus hijas.

Yo hablé con mis hijas antes de hacerlo. Muchas de las cosas que están en el libro me enteré después porque me las contaron ellas. Ellas también necesitan exorcizar todo eso.

¿No te da culpa haberte enterado después de las cosas feas que vivieron las chicas?

Sí, mucha.

¿Por qué no te diste cuenta?

Primero porque confiaba en la otra persona ciegamente, como debe ser. Porque laburaba todo el día y no supe leer sus mensajes. El otro día hubo un caso de abuso en un colegio de Castelar. Y uno de los padres me decía que no supo leer los mensajes de su hija.

Te pasó eso.

No a ese nivel trágico, pero indudablemente mis hijas me daban mensajes. No los vi porque estaba pensando en laburo, en hacer guita, construir poder o no lo quería ver.

¿Tampoco te diste cuenta de que vivías con una persona así, como tu ex, que contás que maltrataba a tus hijas?

Sí, me di cuenta.

¿Fue siempre así?

No, obviamente que no. Hubo un cambio. Cuándo fue, no lo sé. Después no podía salir de una telaraña que yo también ayudé a formar. Mi gran miedo siempre fueron mis hijas. Cuando me decían que no iba a poder verlas yo no podía salir. Hasta que un día me atreví. Si hubiese leído antes eso de mis hijas, que su decisión era estar conmigo, tal vez me hubiera ido antes.

¿Cuánto antes?

Uno, dos, tres años. No sé cuánto.

¿Sabés qué me chocó? El capítulo dedicado a tu novia, Mariana Antoniale, se llama "El amor de mi vida". O sea, estuviste 20 años junto a quien no era el amor de tu vida.

Sí, porque uno se tiene que ganar el amor. Uno se lo gana y uno se lo pierde ¿Pero sabés qué pasa también? A los 50 años empecé otra vida. Tengo otra vida desde la cabeza, los sentimientos. Soy distinto. Y en esta vida, Mariana tiene una posición muy importante. Es muy joven. Se compró un combo que no tenía por qué comprar: un tipo grande, conflictivo, cabrón, en un lugar de exposición, en medio de una pelea y con dos hijas adolescentes. No es fácil. Ella tiene charlas conmigo en las que me baja a la tierra. Tiene 27 años pero es muy inteligente, en el sentido de cómo llevarme a mí. Por eso pongo en el libro que es el amor de mi vida.

Decís que sos distinto, que cambiaste. A veces parecés un tipo contradictorio.

No soy el mismo porque nadie es el mismo. Está bien que uno crezca. En el ´80 quería ir a recoger café a Nicaragua con la revolución sandinista. Hoy quiero tomar café en Starbucks. Esto es así. Te cambia la vida. En un momento tenía custodia, chofer. Cuando me separé mandé todo eso a la mierda. Ando solo con mi auto. Acá estacioné en la puerta, camino en la calle como un tipo común y corriente. Tengo contradicciones. Gracias a Dios que las tengo. Critiqué a Gran Hermano, por ejemplo, y después me quise meter en el monstruo para ver cómo era. Y tal vez lo vuelva a hacer, quién te dice.

Juan Abraham
Clarín

Nada nuevo bajo el Sol... Es más, podrían publicar las notas sin siquiera entrevistarlo, porque todas dicen lo mismo... Son un calco.