Tanto insistí, que, finalmente, le consultó a un agente de cuentas de su confianza cuáles eran los pasos a seguir para empezar a trabajar. “Lo primero, es sacarse fotos para presentar en los castings; después, yo te paso la lista de las mejores productoras para que te contactes”, le dijo el publicista, que además se ofreció a acompañarme al estudio para que no estuviera sola con el fotógrafo. A papá no le llamó la atención tanta amabilidad, además de ser su amigo, Odol era un cliente y no resultaba extraño que el tipo estuviera encantado de hacerle un favor.
Nos encontramos directamente en el estudio de fotografía, allí lo conocí personalmente, ya que papá hablaba siempre de él, pero yo nunca lo había visto, ni él a mí.
Me pareció un poco efusivo en su saludo y le vi una mirada bastante libidinosa, pero me dije que no podía ser, ¡era un amigo de mi padre! A medida que iba avanzando la sesión fotográfica, fui confirmando mi primera impresión. Yo creo que hasta el fotógrafo estaba incómodo por la cantidad de piropos y elogios que me decía, cada vez más subidos de tono. Habíamos quedado en que, al terminar la sesión, me acompañaría a casa y yo estaba muy asustada de sólo pensar en estar a solas con él, que a esas alturas ya se encontraba desbocado. Terminamos de hacer las fotos y se acercó a darme un beso y a felicitarme, sin darse cuenta de que detrás de mí había una tapa que descubría el sótano abierta de par en par. Dio un paso en falso y cayó diez metros como un saco de papas sin que nadie pudiera hacer nada para ayudarlo, quedó todo torcido y atorado entre un montón de cajas que había en el fondo y con varios huesos rotos, y a juzgar por sus gritos, desesperado del dolor.
No pude evitar pensar que ése era mi primer paso para lograr mi objetivo, y ya tenía un ángel que me protegía y me ayudaba.
Enseguida, llegó la ambulancia y lo trasladó al hospital. Yo me volví sola a casa, debatiéndome todo el camino entre la risa y la preocupación, pero francamente aliviada de haberme librado de semejante baboso.
Las fotos quedaron lindísimas, las envié por mi cuenta a varias agencias y enseguida conseguí trabajo.
Al tipo, no lo vi nunca más; a papá, que se sentía un poco culpable del accidente, nunca le conté lo que había pasado con su “amigo”. Me pareció demasiado… ¡A ver si todavía le terminaba de romper los pocos huesos que le habían quedado sanos! |
Ami me gusta más con el pelo oscuro, me parece que tan blanco la envejece.
ResponderEliminaro no?
que vida tan interesante la suya!!!
ResponderEliminarclaro, despues empezo con la coleecion de tipos que la ayudaron en su "carrera".
andaaaaaaaaaaaaaaa
OJO CATHERINE,
ResponderEliminarESA FOTO FUE HECHA 30 AÑOS ATRAS...
el angel, despues, le decia cuanto cobrar?
ResponderEliminarTenés razón Tessa, igual probaría con un castaño.-
ResponderEliminarFlor de puta con guita es esta
ResponderEliminarjajajajajajajaja, vamos SUUUUU! seguro que le diste flor de mamada!!!!
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