¿Qué opinión nos merece?

Esta carta fue dirigida al diario Clarín por una madre.

Una tragedia evitable

Antes que nada, quiero decir que Gabriel fue un excelente hijo y amigo hasta que la violencia de un compañero del colegio, que lo amenazaba constantemente con cadenas y distintos elementos cortantes, se lo llevó para siempre.

Nosotros estábamos alertados sobre la situación y, preocupados, denunciamos ante las autoridades del colegio "Gabriel Mistral", de la localidad de Guernica, partido de Almirante Brown en Buenos Aires, el hostigamiento que estaba sufriendo nuestro hijo.

Temerosos de que las amenazas se concretaran, recurrimos también a la comisaría del barrio, donde se negaron a tomarnos la denuncia porque "las amenazas habían sido recibidas adentro del aula".

Con el tiempo la situación empeoró y nuestro hijo volvió a implorarles a las autoridades de la escuela que intervinieran y lo defendieran de la agresión de su compañero, pero sólo recibió un consejo: que ante otro hostigamiento corriera hasta nuestra casa.

Fue una mañana cuando el agresor, acompañado por familiares mayores de edad y otros alumnos, volvieron a perseguirlo con palos y elementos cortantes. Gabriel corrió tan desesperado y atemorizado que no vio venir al tren cuando cruzó las vías. Fue atropellado.

Los agresores no sólo no lo auxiliaron sino que, según cuentan al menos 10 testigos de su muerte, expresaron una risa burlona frente a su cadáver.

Presentamos todos los testimonios por escrito en el Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires y de la Nación, pero todavía luchamos por sobrevivir ante la espantosa angustia que produce la impunidad. Y como si la muerte de un hijo y la injusticia no fuese suficiente, debemos soportar las amenazas de los agresores.

Graciela Paredes Buenos Aires

A mí me dejó sin palabras...¿A ustedes?