¡Feliz cumpleaños PAPÁ!

Papá, ya sé que allí no hay

velas que soplar

Y que eternamente joven

me aguardas

A orillas del gran río;

Pero déjame, al menos, saludarte.

Sé que me esperas, yo también;

Te doy mi palabra, no me tardo;

Estaré allí al caer la tarde,

Cuando el viento se haya calmado.

Ahora llevo prisa,

Estoy en pleno trajín buscando tus flores;

Las que te gusta disponer sobre la mesa.

Hace tanto que extraviamos la costumbre,

Pero sé que te acuerdas.

Voy con un ramo enorme,

Te gustará, lo sé;

Cada flor tiene un color radiante,

Una fragancia inconcebible.

Ninguna es igual a la otra, ¿sabes?

Son únicas y las he tomado para tí.

La tarde se desmantela, llevo prisa, papacito,

Luego hablamos,

O llegaré demasiado tarde

Para buscar tu trébol,

Ese, que tanto te complacía;

No me tardo, amor,

Dispón ya la mesa para el desayuno,

Pon la mantelería delicada;

Ya estoy llegando mientras la niebla

Se abre, por fin, y aunque muy lejos

veo tu figura erguida,

Como cuando corríamos en las Barrancas,

Bajo la mirada sonriente de Dios.

Y si bien estamos a tanta distancia,

ya corro a fundirme en tu afecto.

Nunca encontré un corazón como el tuyo...

¿Sabes, papá?

Ya voy, hermoso, con tus flores,

con mis flores... con las nuestras.

(Libro de Arena)

¡Gracias Camila! ¡Amiga!