domingo, 7 de junio de 2020

La columna de @OsvaldoBazan ¡¡EXCELENTE E IMPERDIBLE RELATO sobre la brutalidad policial del Gobierno ALBERKAKA!!

Persiguiendo idiotas



Luis Espinoza, el trabajador rural asesinado en la localidad de Simoca y cuyo cadáver fue abandonado en Catamarca.

Los casos de brutalidad policial se multiplican en diferentes puntos del país.

Por: Osvaldo Bazán

“Al policía, gracias, gracias porque efectivamente están tomando esto con una dedicación increíble y con un compromiso infinitamente mayor, entonces yo al personal de seguridad, gracias, gracias y por favor, no cedan un centímetro”. Presidente Coso. Miércoles 25 de marzo. Programa “Cortá por la Dueña de la Mansión”, Telefé.

En la mañana del 5 de abril, Florencia Magalí Morales salió en bicicleta por su pueblo, Santa Rosa de Conlara, en la provincia de San Luis. Alguna versión policial dice que fue detenida por ir a contramano (en bicicleta, en una localidad de seis mil habitantes), otra porque el número de DNI no la autorizaba a salir ese día. La llevaron detenida al calabozo de la comisaría 25. La encontraron allí, horas después, ahorcada. La investigación por la muerte de Florencia, está paralizada hace dos meses.

“Se van a encontrar con idiotas (las fuerzas de seguridad), los vemos a los idiotas, vemos un idiota que se escapó de su casa y parece que apareció en Ostende”. Mismo presidente, el mismo día, en el mismo programa.

El 24 de abril, Franco Gastón Maranguella, de 16 años, estaba en la vereda de su casa en Villa Mercedes, San Luis. No llevaba el DNI encima así que la policía habrá concluido que era un idiota que estaba violando la cuarentena. Se lo llevó detenido. Cuando dos horas después su mamá fue a la Comisaría de Atención de la Niñez, Adolescencia y Familia los policías dieron vueltas y vueltas para decirle, a la medianoche, que el chico se había suicidado. El juez ya avisó a la familia que recién van a poder hacer la exhumación del cadáver, enterrado prematuramente, y la nueva autopsia cuando se flexibilice la cuarentena. Y que se van a tener que hacer cargo de los gastos: cerca de doscientos mil pesos.

“Esta mañana tuvimos una muy buena reunión con la Policía Federal, las Fuerzas de Seguridad Federal, la Gendarmería, la policía aeroportuaria y la Prefectura y fui inflexible en ese punto: el que viole la cuarentena caigámosle con todo el rigor”. El mismo presidente, el mismo día, en el mismo programa.

A fin de marzo, Francisco Vivandelli, un muchacho de 27 años de General Acha, en La Pampa, cumplía su quinto día de arresto por violar la cuarentena. Quinto día de arresto. En la mañana del sábado 28 de marzo algo ocurrió en el patio de la alcaidía de esa localidad. Francisco ya fue operado dos veces por fuertes traumatismos de cráneo en el Hospital de Santa Rosa donde fue llevado inconsciente.

También en La Pampa, pero en General Pico, el 26 de marzo Sebastián Britos fue a comprar pan en el negocio de cercanía en su barrio Islas Malvinas. Sin voz de alto ni aviso previo, el policía le disparó balas de goma en el cuello y en la mandíbula. El muchacho fue internado en el Hospital Centeno.

“Los que estén circulando contrariando la cuarentena, de esos se van a ocupar las Fuerzas de Seguridad”. Mismo presidente, el mismo día, en el mismo programa.

El lunes 12 de abril, en la calle Juana Molina de Bahía Blanca, Luciano González y Vicky, su pareja, sacaron a Marcos, un perro viejo con problemas de hernia que necesita hacer sus necesidades cada tres horas y como no tienen patio ni jardín, tienen que sacarlo a la calle. Los paró un patrullero, la pareja se había olvidado los permisos, dijeron que los tenían en su casa, que se los podían mostrar. Antes de llevarlos detenidos a la comisaría 2, un agente le dio al muchacho una brutal paliza. Después, los mantuvieron incomunicados y sin atención médica toda la noche. “Entendemos el cuidado por la pandemia, a media cuadra tenía los permisos, pero era algo raro, como que ellos tenían que llevar a alguien preso. Lo que vivimos fue una locura –declaró Luciano- En la comisaría me dejaron perdiendo sangre, no llamaron a un médico, en un patio muertos de frío con las esposas puestas por casi dos horas, pero lo único que hicieron fue sacarme una foto de espaldas, nos deliran toda la noche sin permitirnos llamar a nadie, era muy loco”. A Vicky también le pegaron.

“Y como suelo decir, yo trato de que entiendan por las buenas, pero si no lo entienden por las buenas lo van a tener que entender con el rigor de la ley”. Mismo presidente. Mismo día. Mismo programa.

El sábado 31 de mayo, Rodrigo Pérez y su familia se dispusieron a la primera salida después de mes y medio de encierro. Subieron todos al auto y se dirigieron desde su barrio donde viven al centro de Caleta Olivia. Esto contó Rodrigo a “Santa Cruz al momento”: “Cuando paramos en el semáforo del centro venían caminando dos policías, un masculino y un femenino, pero no había ningún tipo de control en ningún lado. El policía me empezó a mirar, se acercó y me pide la documentación de mala forma, gritándome. Cuando se los voy a dar, no me los recibe y me comienza a hablar fuerte. El hombre saca un handy y pide refuerzos e inspectores de tránsito. Me bajo del vehículo con los documentos en la mano y mi mujer hace lo mismo por lo que le empiezan a gritar. La mujer policía me tira una patada y me dice que yo la golpeé. Ahí reacciona el policía tirándome al piso y ahorcándome. A todo esto, estaban mis nenes mirando todo y llorando arriba del auto. La cuestión es que me golpearon, me ahorcaron, tenía como diez policías arriba mío, pisándome la cabeza, me asfixiaron tanto que pensé que me iba a morir. Fue un infierno. Me llevaron al Hospital insultándome, tratándome mal y me dijeron que tuve un ataque de ira y había golpeado a los policías. Yo en ningún momento levanté un dedo.”

“Yo en este punto soy un gran demócrata y la verdad, un gran defensor del estado de derecho pero lo que estoy haciendo es hacer prevalecer la democracia. La democracia dice que hay un Presidente al que le pueden otorgar poderes para garantizar la salud pública, por sobre la libertad individual de transitar. Lo único que les estoy pidiendo es que se queden unos días en sus casas, no se les está pidiendo más que eso”. Mismo presidente, mismo día, mismo programa.

Por redes sociales se viralizó un video donde efectivos de la policía motorizada de Tucumán maltratan verbal y físicamente a un señor mayor, lo empujan de su moto y lo tiran al piso, mientras una vecina desesperada intenta frenar la agresión porque “es un hombre enfermo” y pide que le quiten las esposas.

El 4 de abril, Malvina Ferreira filmó el amedrentamiento policial del que son objeto en la zona de Asunción e Italia, conocida como “La bombilla” en el barrio Juan XXIII. Así lo contó a “El Tucumano”: “Quisieron entrar con las motos al merendero a llevarse a dos chicos que venían de cobrar en el banco lo trabajado en la cosecha del limón. Todo empezó cuando empezaron a pedir papeles. Gritaban: ‘¡Nadie puede estar afuera!’ Nos revisan como si fuéramos delincuentes. Por eso los filmamos. A los dos días de la cuarentena declarada por el presidente Alberto Fernández, el Grupo Zero empezó a amedrentarnos” dijo.

“Lo que tienen que entender los sectores más humildes, los que trabajan, los que hacen changas es que ahora no podrán hacer changas, pero no están abandonados. Sabemos que están y estamos preocupados por ellos y estamos ocupándonos de ellos. Yo sólo les pido que esperen, a todos los va a llevar la ayuda, no se intranquilicen”. Mismo presidente, mismo día, mismo programa.

El viernes 15 de mayo, Luis y Antonio Espinoza iban a caballo en pleno monte tucumano, a llevarle a su madre la pensión que le habían cobrado. La policía de la localidad de Monteagudo los confundió con participantes de unas carreras cuadreras, los persiguieron por incumplimiento de la cuarentena. Al cadáver de Luis lo encontraron una semana después, envuelto en bolsas. Los polícías tucumanos lo tiraron en Catamarca.

El 15 de abril en Famaillá, Tucumán, Franco volvía a su casa en su camioneta, después de haberle llevado remedios a su suegra. Cuando estaba entrando con su vehículo a su casa, agentes de la policía se metieron en el garaje, le rompieron la ropa, le dieron una paliza. Cuando la novia del muchacho vio lo que ocurría y comenzó a gritar, un policía le puso un arma en la cabeza para que le abra la puerta de la casa. El comisario secuestró el vehículo del interior de la casa y se lo llevó.

“El que viola la cuarentena se expone –si va en auto- que le secuestren el auto porque está contraviniendo normas municipales que entre otras cosas ordenan cumplir con la ley”. Mismo presidente, mismo día, mismo programa.

El domingo 17 de mayo Adrián Mercado, de 31 años, salió a la entrada de su pueblo, General Ballivián en Salta a buscar a sus tres hijos a los que no veía hacía 40 días porque viven con su mamá en Tartagal. Volvió a su casa con ellos y estaba jugando en la vereda cuando ve que la policía motorizada se detiene en su casa. Entra rápido con los chicos y cierra el portón de madera, que fue violentado por la policía. Así cuenta Adrián lo que le ocurrió a partir de ese momento a “La Gaceta de Salta”: “Mis hijos vieron cómo los policías me pegaban en el piso y cuando me paré delante del móvil, vi cómo mi hijo de 6 años estaba llorando. Traté de hablar con la policía y levanté las manos para que me redujeran, ahí fue cuando uno de ellos detona la bala en mi cara y caí al piso. No logro entender cuál fue el motivo. No entiendo la reacción, él me miró a la cara y me dejó tirado en la calle como si fuera cualquier cosa. Mis hijos presenciaron toda la secuencia y no pueden dormir ni comer; le traumatizaron la vida”. Adrián perdió un ojo. Todo comenzó porque una vecina lo vio en la moto sin barbijo y lo denunció. Adrián termina diciendo: “Yo no estaba violando la cuarentena, solo fui a la ruta a que mi ex me explique sobre el papel de autorización para tenerlos a mis hijos. Fue todo rápido, no fue que yo agarré la moto y salí por ahí”.

Fabián Andina es un camionero que el domingo pasado salió con su camión a cargar combustible en General Madariaga, provincia de Buenos Aires. Terminó internado, golpes en todo el cuerpo, 22 de presión y desprendimiento de retina debido a que uno de los tres policías que le pegaron, le apretó el ojo con un dedo.

El domingo 24 de mayo a las 5 de la tarde, Alejandro Schlaig jugaba con su hijito en la plaza Independencia de Trelew, Chubut, cuando un grupo de policías, sin decirle nada, comenzaron a golpearlo. Se lo llevaron detenido dejando al nene de dos años y medio solo en la plaza. Así contó Alejandro a “Con Sello Patagónico” cómo pasó las cinco horas de detención: “fui víctima de todo tipo de abuso y de apremios por parte de la policía. Más que policías parecían un grupo de tareas. Me pegaron hasta más no poder, me hicieron dos esguinces, en los dedos y en el tobillo; me pegaron en las costillas, la cabeza”.

El mismo domingo pero a las 4 de la mañana un grupo de policías entró sin orden de allanamiento a la casa de una familia de la comunidad quom del barrio Bandera Argentina de Fontana, en Chaco. Hubo culatazos y patadas para todos los que estaban en la casa, se llevaron detenidos a cuatro jóvenes, los rociaron con alcohol amenazándolos con quemarlos, mientras les gritaban “¡Indios Infectados!” y los molieron a palos. Elsa, la madre de una de las chicas contó: “Agarraron del cabello a mi hija y la arrastraron. Entre seis policías agarraron a mi hija y a mí. El oficial Antonio Fernández me pegó con la 9 milímetros en el rostro”. Y Daniel Rolón, del Comité provisorio indígena por la pandemia dijo: “A los chicos los molieron a palos. Y a las chicas es irreparable lo que le hicieron, todavía no se animan a contar, solo lloran y tiemblan”. El área “gran Toba” de Resistencia, seis barrios en donde viven cerca de 5000 personas, está blindado con tierras y vallas, mucho antes y mucho más silenciosamente que lo ocurrido en la Villa Azul de la provincia de Buenos Aires.

“Y a los idiotas les digo lo mismo que vengo diciendo desde hace mucho tiempo: la Argentina de los vivos que se zarpan y pasan por sobre los bobos se terminó, se terminó, acá estamos hablando de la salud de la gente, no voy a permitir que hagan lo que quieran. Si lo entienden por las buenas, me encanta, sino me han dado el poder para que lo entiendan por las malas”. Mismo presidente, mismo día, mismo programa. (El Sol) 


7 comentarios:

  1. Carlotto, Donda, Verbitsky, Perez Esquivel... No saben nada, no vieron nada? Necesitan binoculares mapuches acaso?

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  2. Es increíble como un títere pasa a convertirse en represor y dictador. No ejercita democracia en su pueblo y deja q sus amigos viajen, se reunan y trabajen y los mas necesitados lis convierte en cadáveres y discapacitados en complicidad con las bestias vestidas de policías . El títere no va a ser recordado como el q eligió la salud de su pueblo sino como el q arrasó con todos los derechos de sus ciudadanos bajo la excusa de una enfermedad. Inepto, cobarde y manipulado por la jefa. No tenemos un presidente, tenemos la peor pesadilla q un pais puede tener. Nunca mejor dicho " el remedio peor q la enfermedad"; y Fernández es peor q la pandemia. Hace mérito para dia a día su gobierno sea una fosa séptica. Atropellos, autoritarismos, y la peor pobreza de la historia Argentina.

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  3. Muy triste. De lectura obligatoria.

    Presidente Coso, claro que somos idiotas sino usted y sus séquitos ya hubiesen corrido la misma suerte que esos idiotas victimas de su autoritarismo, crueldad, malicia e inoperancia, por eso del, ojo por ojo, diente por diente (Éxodo 21: 24).

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  4. Ya se instaló nuevamente el autoritarismo. Que tristeza

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  5. BRILLANTE EL ARTICULO. NO SOLO QUE ES IMPERDIBLE, SINO QUE ACTUA EN FAVOR DE TENER ALGUNA ESPERANZA EN ESTE PAIS DEVASTADO POR EL LADO QUE SE BUSQUE.

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  6. Siempre creí que Osvaldo Bazán era un sencillo periodista de espectáculos. Pero se reveló como un gran analista político. No afloje, por favor.

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  7. Y se vino la guerrilla, faltan los montoneros y la triple A. Ale

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