jueves, 23 de noviembre de 2017

Durísima crítica del clero al Papa: “En la Iglesia hay confusión y usted es una causa”

En la carta sostiene que nombró obispos que no son los convenientes porque “tienen puntos de vista contrarios a la fe cristiana” y lo culpan de “falta de transparencia”.
Se conoce el odio que siente el Papa por los celulares, pera además, por la expresión que se refleja en su rostro, se nota que los niños no son comunistas ni kirchneristas.

No es algo nuevo que el papa Francisco esté en la mira de todos. Cada cosa que dice o hace conlleva una respuesta positiva o negativa y se lo hacen saber, incluso dentro de su mismo entorno. Esta vez, la crítica fue de Fray Thomas G. Weinandy, ex director Ejecutivo de la Secretaría de Doctrina y Práxis de la Conferencia Espiscopal de los Estados Unidos entre 2005 y 2013, que le envió un carta y lo señala como el verdadero culpable del caos: “Hay confusión en la Iglesia y usted es una causa”.

En el escrito, Weinandy lo acusa de generar confusión teológica y pastoral entre los fieles por la “ambigüedad” de su discurso frente al matrimonio igualitario. Además, lo señala de haber “infravalorado” la importancia de la doctrina de la Iglesia.

Por otra parte, asegura que nombró obispos que no son los convenientes porque “tienen puntos de vista contrarios a la fe cristiana” y lo culpa de “falta de transparencia” y de generar en los fieles una pérdida en la confianza sobre su papado.

Luego de que saliera a la luz esta carta, la USCCB (Conferencia Episcopal de Estados Unidos) le exigió a Weinandy que renuncie a su cargo de asesor de los obispos estadounidenses.

Weinandy es un un experto en teología de 71 años, fue nombrado por el Sumo Pontífice como miembro de la Comisión Teológica Internacional, organismo asesor de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano.

La carta completa

Santidad:

Escribo esta carta con amor por la Iglesia y sincero respeto hacia su ministerio. Usted es el Vicario de Cristo en la tierra, el pastor de su grey, el sucesor de San Pedro y, por lo tanto, la roca sobre la que Cristo construirá su Iglesia. Todos los católicos, clero y laicos por igual, deben dirigirse a usted con lealtad filial y obediencia fundamentadas en la verdad. La Iglesia se dirige a usted con espíritu de fe, con la esperanza que usted la guíe con amor.

Sin embargo, Santidad, su pontificado parece estar marcado por una confusión crónica. La luz de la fe, la esperanza y el amor no está ausente, pero demasiado a menudo está oscurecida por la ambigüedad de sus palabras y acciones. Esto hace que entre los fieles haya una cada vez mayor inquietud, comprometiendo su capacidad de amor, alegría y paz. Permítame poner unos ejemplos.

El primero atañe a la disputa en relación al Capítulo ocho de “Amoris Laetitia”. No necesito compartir mis propias preocupaciones acerca de su contenido. Otros, no sólo teólogos, sino también cardenales y obispos, ya lo han hecho. La preocupación principal es su manera de enseñar. En “Amoris Laetitia”, su guía a veces parece ser intencionadamente ambigua, invitando tanto a una interpretación tradicional de la enseñanza católica sobre el matrimonio y el divorcio, como a una interpretación que parece conllevar un cambio en la enseñanza. Como usted mismo, con gran sabiduría, observa, los pastores deben acompañar y animar a las personas que se encuentran en matrimonios irregulares; pero la ambigüedad persiste con respecto al significado real de ese “acompañamiento”. Enseñar con una tal falta de claridad puede, inevitablemente, llevar a pecar contra el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad. El Espíritu Santo es entregado a la Iglesia y, sobre todo, a usted, para disipar el error, no para fomentarlo. Además, sólo donde hay verdad puede haber verdadero amor, porque la verdad es la luz que libera a las mujeres y a los hombres de la ceguera del pecado, un oscuridad que mata la vida del alma. Sin embargo, usted parece censurar e incluso mofarse de quienes interpretan el Capítulo ocho de “Amoris Laetitia” según la tradición de la Iglesia, tachándolos de fariseos apedreadores representantes de un rigorismo inmisericorde. Esta clase de calumnia es ajena a la naturaleza del ministerio petrino. Parece que algunos de sus consejeros se dedican, lamentablemente, a este tipo de acciones. Dicho comportamiento da la impresión que sus puntos de vista no puedan sobrevivir a un escrutinio teológico, por lo que deben ser sostenidos mediante argumentos “ad hominem”.

Segundo. Demasiado a menudo sus formas parecen menospreciar la importancia de la doctrina de la Iglesia. Una y otra vez usted retrata la doctrina como algo muerto, algo útil sólo para ratones de biblioteca, que está lejos de las preocupaciones pastorales de la vida diaria. Quienes le critican han sido acusados – y son palabras suyas – de hacer de la doctrina una ideología. Pero es precisamente la doctrina cristiana – incluyendo las sutiles distinciones relacionadas con creencias fundamentales como la naturaleza Trinitaria de Dios, la naturaleza y finalidad de la Iglesia; la Encarnación; la Redención; los sacramentos – la que libera al hombre de las ideologías mundanas y le garantiza que está predicando y enseñando el Evangelio verdadero, dador de vida. Quienes infravaloran la doctrina de la Iglesia se separan de Jesús, autor de la verdad. Y lo único que les queda, entonces, es una ideología; una ideología que se conforma al mundo del pecado y la muerte.

Tercero. Los fieles católicos están desconcertados por su elección de algunos obispos, hombres que no sólo están abiertos a quienes tienen puntos de vista contrarios a la fe cristiana, sino que también los apoyan e incluso los defienden. Lo que escandaliza a los creyentes, e incluso a algunos hermanos obispos, no es sólo el hecho que usted nombre a estos hombres como pastores de la Iglesia, sino que permanezca callado ante su enseñanza y práctica pastoral, debilitando, así, el celo de muchos hombres y mujeres que han defendido la auténtica enseñanza católica durante mucho tiempo, a veces arriesgando su propia reputación y bienestar. El resultado: muchos fieles, ejemplo del “sensus fidelium”, están perdiendo la confianza en su pastor supremo.

Cuarto. La Iglesia es un cuerpo, el Cuerpo Místico de Cristo, y el Señor le ha encargado a usted promover y fortalecer su unidad. Pero sus acciones y palabras parecen dedicarse, demasiado a menudo, a hacer lo opuesto. Alentar una forma de “sinodalidad” que permite y fomenta varias opciones doctrinales y morales dentro de la Iglesia sólo puede llevar a una mayor confusión teológica y pastoral. Dicha sinodalidad es insensata y, en práctica, contraria a la unidad colegial de los obispos.

Santo Padre, todo esto me lleva a la última preocupación. Usted a menudo ha hablado acerca de la necesidad de que haya transparencia dentro de la Iglesia, exhortando frecuentemente, sobre todo en los dos últimos sínodos, a que todos, especialmente los obispos, hablen francamente y sin miedo a lo que pudiera pensar el Papa. Pero, ¿se ha dado usted cuenta que la mayoría de los obispos del mundo están sorprendentemente silenciosos? ¿Por qué? Los obispos aprenden rápido. Y lo que muchos han aprendido de su pontificado es que usted no está abierto a las críticas, sino que le molesta ser objeto de ellas. Muchos obispos están silenciosos porque desean serle leales y, por consiguiente, no expresan – por lo menos públicamente; otra cuestión es si lo hacen privadamente – la preocupación que les causa su pontificado. Muchos temen que si hablan francamente, serán marginados. O algo peor.

A menudo me he preguntado: “¿Por qué Jesús deja que todo esto ocurra?”. La única respuesta que consigo darme es que Jesús quiere manifestar cuán débil es la fe de muchas personas que están dentro de la Iglesia, incluso de muchos, demasiados, obispos. Irónicamente, su pontificado le ha dado a quienes tienen un punto de vista pastoral y teológico perjudicial la licencia y la confianza para salir a la luz y exponer su maldad, que antes estaba oculta. Reconociendo esta maldad, la Iglesia humildemente necesitará renovarse de nuevo y, así, seguir creciendo en santidad.

Santo Padre, rezo constantemente por usted. Y lo seguiré haciendo. Que el Espíritu Santo le guíe hacia la luz de la verdad y de la vida de amor, para que pueda dispersar la maldad que, en estos momentos, está ocultando la belleza de la Iglesia de Jesús.

Sinceramente en Cristo,

Thomas G. Weinandy, O.F.M., Cap.

31 de julio de 2017

Festividad de San Ignacio de Loyola



16 comentarios:

  1. Soy católica, no creo en la confesión, pero dos veces me confesé para comentar que no respeto a este hombre...........y????'chicos, muy pocos lo respetan!

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    1. MiliTONNNTO kirchnerista 19:02 todos los católicos de verdad estaban felices y los payasos como vos y la pandilla de cristina decían de todo contra este tipo. Cuando tu dios Cris le empezo a chupar el culo todos los monitos kirchneristas INCLUYENDOTE lo empezaron a idolatrar al papa y Bergoglio con sus acciones se CAGÓ en sus fieles por eso ahora los catolicos de verdad lo mandan a cagar a este viejo sorete panqueque, sobalomo de corruptos.
      Todo esta guardado en la memoria de como los monitos k pasaron de insultarlo a defenderlo.

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    2. MONITO 19:02 yo te vi a vos y a todos los k decir que Bergoglio era cómplice de la dictadura y a los 10 minutos por orden de tu amo y señor Cristina los vi chupandole las medias a "Francisco".
      La gente con criterio opina según las acciones, las ovejas kirchneristas repiten lo que el amo les manda.

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    3. No se molesten en responderle. No entiende que los que no somos KAKAS NO NOS CASAMOS CON NADIE. Que TENEMOS CRITERIO PROPIO, que NO SOMOS UNA MANADA y que al menor engaño del que seamos víctimas TENEMOS PODER DE REACCIÓN.

      NO SOMOS VACAS amaestradas por una loca que ni sabe dónde está parada, que lo único que sabe es llenar de bolsillos la mortaja porque en su locura piensa que se los va a llevar repletos con todo lo que afanó.

      Volá, imbécil troll que no servís ni para abono.

      RIP

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  3. Yo también estaba súper feliz el día que lo nombraron, hasta recuerdo lo que estaba haciendo en ese momento, que -de no haber sido por la designación- ya no lo registraía más. Sin embargo después me desconcertó. Hay que distinguir la fe de la política. Es muy distinto apostar a una buena gestión de un partido político que alegrarse porque un argentino sea el máximo representante de la FE que es un don intangible.

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  4. No fue solo Julia la que estuvo contenta y orgullosa de tener un Papa argentino, fuimos todos, lo que pasa es que con el tiempo este hombre mostrò su verdadera cara y ahì fue donde todos empezamos a desilusionarnos con èl.

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    1. Si, pero no le rasca la espalda a la delincuente de Cristina ni a su pandilla de lacayos. Todos esos ministros multimillonarios a costa de la teta del Estado que seguramente defendes e idolatras desde el monoambiente que apenas lograste alquilar después de 12 años de kirchnerismo.

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    2. ¡¡Ufff!! ¡¡Vuelven a invadirnos!!

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  6. Que viejo CHOTO Bergoglio aka ""francisco""". Destruyendo la iglesia mas rápido que cualquier otra causa. Panqueque, tibio y cagón. Con razón se junta con tanto kirchnerista.

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  7. Las cosas que dice este hombre con formol y naftalina son las que menos me molestan de bergoglio.

    Curas pedofilos y peronismo brillan por su ausencia.

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  8. Soy agnóstica, lo que haga el Vaticano me importa un pomo, salvo cuando su intromisión nos perjudica como pais

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  9. 20.05 coincido!!!!!!!!!!!

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