lunes, 10 de abril de 2017

"Yo tengo fe", el desahogo del Gobierno en una noche al ritmo de Palito Ortega

Festejo. Santilli reunió a 150 personas para celebrar sus 50 años. Fueron Macri, Vidal, Larreta, Durán Barba, Angelici y "Chiqui" Tapia.

“Bueno, ahora vamos a pasar todos al salón de al lado a apagar las velitas”, dijo una voz en off. Diego Santilli tomó de la mano a su mujer, Analía Maiorana, y detrás de la pareja caminó el círculo rojo del poder político de la Argentina: Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, Fernando De Andreis, Carolina Stanley y Federico Salvai. A la par de ellos iban, mezclados y sin dejar el trago que estaban tomando, el asesor estrella del macrismo, Jaime Durán Barba, varios ministros bonaerenses, intendentes de Cambiemos, legisladores nacionales y porteños y quienes manejan el fútbol: Claudio “Chiqui” Tapia, Daniel Angelici y Rodolfo D’onofrio.
Pero la sorpresa para los 150 invitados no eran las 50 velitas que iba a soplar el vicejefe de Gobierno de la Ciudad. La sorpresa era otra: detrás de la torta se abrió el escenario y apareció una banda con caras que nadie conocía. “¿Quién toca?”, preguntó uno de los funcionarios más festivos que pasó toda la noche aferrado a una copa de champagne. Y de pronto apareció Ramón “Palito” Ortega -jefe político de Santilli en los tiempos en que el cantante quería ser presidente- con la guitarra en la mano y dispuesto a cantar todos sus hits. La noche cerró con “Yo tengo fe”. Pareció una canción pensada especialmente para reforzar el relato macrista tras varias semanas de tensión y del paro de la CGT: “Yo tengo fe que todo cambiará/la luz de la esperanza no se apagará jamás”, eran los tramos que desataban la euforia del Gabinete. Durán Barba no lo hubiera pensado mejor.
“Fue una noche de desahogo”, asumía ayer uno de los invitados, aún con voz ronca. Es que la velada del viernes había sido más larga de lo imaginado, lo mismo que el nivel de convocatoria. El galpón Milagros -en Palermo viejo, donde Santilli y Maiorana ya habían celebrado el paso por el registro civil, en noviembre de 2014- lució a full desde las 21.30. El más puntual resultó Durán Barba, un imán para los políticos que iban llegando. Lo consultaban, invariablemnete, por el resultados de las últimas encuestas y los focus group. Pero el ecuatoriano estaba más pendiente del clima que de la política: “Espero que mañana no llueva. Me compré las entradas más caras para el recital de Elton John”, contaba.
El Presidente y Juliana Awada también fueron de los primeros en llegar. Como todos, con un regalo que la esposa del homenajeado -que exhibía un vestido muy elogiado- guardaba en una sala para abrir después de la fiesta. Macri se sentó en uno de los livings junto a Vidal, Rodríguez Larreta y a su amigo y asesor José Torello. Por allí pasaban los mozos con canapés de salmón y empanadas. El resto de los invitados prefería caminar al aire libre entre la barra de tragos, las estaciones de comida mexicana, ensaladas y platos españoles y un coqueto puesto de hamburguesas.
Cuando Macri se levantó de su silla, cerca de la medianoche, se cruzó con viejos conocidos, como el empresario Alejandro Macfarlane, que acaba de vender Edelap en 250 millones de dólares. “Mauricio hablaba y se abrazaba con todo el mundo. No parecía el presidente de la Nación. Se lo notaba distendido”, contaron varios testigos. El jefe de Estado dejó la fiesta a la par de Monzó y de su mujer, amiga de la primera dama, pero antes se animó a unos pasos de baile. Sin Macri, el más requerido pasó a ser Peña, que no se separaba de su esposa, la periodista Luciana Mantero. A ambos les elogiaban el look.
La presencia de “Chiqui” Tapia, flamante presidente de la AFA, resultó inesperada para algunos. Pero Santilli hizo buenas migas con él cuando era ministro de Espacio Público en la Ciudad. “No estuvo Moyano pero vino Tapia”, decían en el entorno del vicejefe. El timonel de la AFA, sin embargo, estuvo lejos de estar entre los más codiciados. Más bien, muchos lo ignoraron. Tapia se pasó casi toda la noche hablando con Angelici, él con una copa de champán y el presidente de Boca con una de agua.
La fiesta adquirió su punto más alto cuando Palito cantó sus canciones más famosas. No había funcionario que no saltara y sacara fotos con su celular, como la que ilustra esta página, cuyo autor pidió expresamente el anonimato. Los más alegres se fueron pasadas las 4 de la mañana. (Clarín)

4 comentarios:

  1. Invitaron a Nancy? Podemos preguntarle por la fiesta.
    Aguante LaVEntana
    Laura

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  2. Jajaaaaa! entré a escribir lo mismo! la Nancy no pega ni con cola en ese grupo.
    Destila grasa y veneno.
    Seguro no durmió en toda la noche. O sí, enroscada en un canasto.

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  3. Que placer! hasta chiqui estaba, y????Palito Ortega? peronista!y las hijas son muy kks en fin....recuerda al tipo que insultaba a Lanata en la entrega de premios? era la pareja de la petisa Ortega.
    Sin embargo en el Casamiento de Raúl Lavié, Palito se encontró a Macri y se abrazaron, aunque por los Equipos estaban distanciados, pero...nada más River-Boca, me alegra tanto por Palito, distinto a su hijos que lo unico que han hecho es darles trabajo a los kks.

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  4. Que asco el "reciclaje" de Palito. Menemista, candidato a vicepresidente con Duhalde por mandato de Mendez....El peor gobernador de la provincia de Tucumán. En los 70 junto a los militares, en los 90 junto al peronismo. Implicado en el escándalo de las Banelco para los diputados.....Se quedó con la fortuna de Leguizamo, fue amante de Amalita.... quieren más diría la Mole Moli??? Pésimo cantante, letras gronchísimas. La productora del hijo recibió todos los beneficios K. Y ahora como siempre, al resguardo del poder de turno. NEGRO VOMITIVO!!!

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