jueves, 29 de diciembre de 2016

¿Quién escucha a las víctimas de Milagro Sala? Por Jorge Fernández Díaz


Milagro no lo debe poder creer. Después de años de ganarse fama de golpeadora, de ejercer violencia moral y física sobre decenas de personas, de haber comandado una banda de matones que también arreglaba las cosas a los tiros y a los golpes, en fin, después de una aquilatada carrera de hechos de crueldad y alevosía que la tienen como protagonista, un creciente número de organismos internacionales y de entidades de derechos humanos está pidiendo su liberación.

Está reclamando que los jueces que la juzgan -todos nombrados por el anterior gobierno de Jujuy, que era del mismo signo político que Sala- se olviden de los graves cargos que pesan contra ella, incluido el manejo altamente sospechoso de los millonarios fondos que recibía del gobierno kirchnerista, y la suelten, lo que equivaldría a considerarla una presa política. Una Leopoldo López de la democracia argentina.

Saquémonos el sombrero. No sólo claman por su libertad Cristina Kirchner, Nicolás Maduro, Evo Morales y Rafael Correa, que forman parte del elenco estable de populistas siempre prestos a salir al rescate de uno de los suyos.

Los pedidos vienen de las Naciones Unidas, del secretario general de la OEA, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, del Mercosur, de Amnesty International, de Human Rights Watch, de la ONG Robert Kennedy y de otras decenas de entidades del país y del mundo.

Un concierto de instituciones respetables, de organizaciones prestigiosas, de voces reconocidas se ha erigido en abogado defensor de la líder de la Tupac Amaru. Y hasta le ha llegado de regalo un rosario del Papa.

¿Cuál es la exigencia? Que el gobierno de Macri fuerce su liberación. Digamos, que pase por encima de la Justicia. Asombroso. Insisto: asombroso, además, tratándose de Milagro Sala, porque su prontuario, sus golpizas a hombres y mujeres indefensos, sus métodos salvajes de disciplinamiento y su pequeño ejército de represores no son cosas de hace décadas opacadas por el paso del tiempo. Son todos hechos recientes y flagrantes, con cientos de testigos.

Las víctimas de Sala están vivas y muchas ya han brindado sus desgarradores testimonios ante la Justicia y ante la Secretaría de Derechos Humanos de Jujuy.

LA MAYORÍA SÓLO SE ANIMÓ A HABLAR CUANDO MILAGRO SALA CAYÓ PRESA. NO SON MACRISTAS, INTEGRISTAS, NEOLIBERALES NI AGENTES DE LA CIA.
Son jujeños de a pie, todos ex integrantes de la Tupac. También están vivos, y sueltos, sus victimarios, los matones a sueldo que se unían a la jefa en la tarea de hacer escarmentar a los que ella marcaba.

Por si alguien no tomó nota, algunos de los testimonios que constan en la investigación fueron publicados por LA NACION en su edición del 9 de este mes.

En los relatos de Martín Jorge Rodríguez, Soledad Angélica Mendoza, Luis Bail, Bettina Condorí, Cecilia Velázquez y Víctor Mendoza hay un vía crucis de persecuciones, golpes, robos, amenazas, desalojos y violación de domicilio.

Harto de los maltratos, Martín Jorge Rodríguez dejó la Tupac y tiempo después se le apareció Sala: “Me pegó en la cabeza, me tiró al piso y me amenazó delante de tres miembros de la agrupación”.

Luis Bail contó que cuando cometían alguna falta, como no ir un día al trabajo en la organización, los sometían a castigos físicos y los mandaban “al psicólogo”.

“Ir al psicólogo -explicó en su declaración- consistía en que te llevaban a una habitación en la sede de la Tupac, nos encerraban y siempre estaba Milagro Sala, que junto a otras personas nos pegaban golpes de puño y patadas para corregirnos.”

En otra ocasión, Sala lo fue a buscar a su casa con 40 personas. “Quisieron sacarme de mi vivienda y, como me resistí, Sala me pegó con una pala en el ojo y me desfiguró el rostro.”

Bettina Condorí dijo que un día fue llamada a comparecer ante Milagro Sala por haber hablado mal de ella. Fue con su pareja y con su hija, una beba.

“Ordenó que me quitaran a la beba y la llevaran a la guardería. (…) Llegamos al museo [una dependencia de la Tupac], nos sentaron en dos sillas, Sala se paró frente a mi pareja y yo. Todos los presentes comenzaron a insultarnos y obligarnos a pedirle perdón a Sala. Yo, por miedo, le pedí perdón varias veces, pero ella seguía insultándome. (…) Traté de escapar, pero ordenó que me redujeran, me sentaron y agarraron las manos detrás de la silla mientras ella me pegaba piñas con las manos con anillos, me levantaba la cabeza de los pelos, me pegaba rodillazos y patadas, gritando que le pidiera perdón.”

Cecilia Velázquez presentó su denuncia ante la fiscalía de turno y el Juzgado de Control Nº 1 de Jujuy, con el aval de 27 testigos.

“Durante el tiempo que trabajé para Milagro Sala recibí acoso y maltratos. (…) Ella iba a la cooperativa donde trabajábamos y nos pegaba con un garrote mientras nos decía que en las marchas, a las que estábamos obligados a ir, teníamos que saltar, gritar e insultar. (…) En 2011 decidí dejar la Tupac y allí empezó mi calvario. (…) Milagro Sala me citó a la sede. (…) Me encerraron en un cuarto, me pegaron piñas y patadas con botines. Me insultaban y me tiraban agua fría. Me dejaron inconsciente.”

Todos estos testimonios constan en sede judicial, pero ninguna de las personas que los presentaron fue escuchada por las organizaciones que están pidiendo la liberación de Sala.

Semanas atrás estuve en Jujuy y el gerente general de una empresa líder me contó un episodio del que fue testigo hace algunos años.

Milagro Sala lo invitó a conocer la fábrica textil, uno de los emprendimientos de la Tupac. En la recorrida le llamó la atención que cada vez que los operarios veían aparecer a Sala inmediatamente dejaban de trabajar y se paraban, firmes y ceremoniosos.

Con disciplina más propia de un regimiento que de un taller de ropa. Estaba por concluir la visita cuando el grupo pasó por un sector administrativo.

“Discúlpenme, ya vengo”, se excusó Sala, y fue hacia una chica que estaba parada al lado de un escritorio. Al llegar a ella, sin decirle nada, le estampó una cachetada que le dio vuelta la cara.

Y, muy tranquila, volvió a reunirse con el grupo, como si nada hubiera pasado. La chica quedó inmóvil.

“Negra de mierda, se la debía -explicó Sala a sus acompañantes sin levantar la voz-. El otro día no tenía puesto el uniforme.” Ya caminando hacia la salida, agregó: “Con estos negros es imposible. No aprenden nunca”.

Al ejecutivo le temblaban las piernas. La brutalidad de la agresión había convivido con la sencillez del trámite, de pasmosa naturalidad. Y, para coronar la faena, ese lacerante “negros de mierda, no aprenden nunca”, dicho por una señora que se presenta como “indígena y negra”.

Días después, al comentar el episodio en rueda de colegas, el ejecutivo descubrió que la historia estaba lejos de ser excepcional.

Le contaron que Sala lo hacía siempre, en todas las visitas, para intimidar a sus invitados. Que nadie se fuera de allí sin saber con quién estaba tratando.

Todos sabemos hoy quién es Milagro Sala. Lo que hizo y lo que deshizo. Su metodología. Sus formas. Su gente. Lo que no podíamos imaginar es que, con ella entre rejas, sus víctimas iban a volver a ser golpeadas y ultrajadas por un coro universal en nombre de la justicia y los derechos humanos. (AB)


13 comentarios:

  1. No entiendo porqué tanta cobertura de los medios con esta monoide, tanto lío por una chorra que se apropió de fondos públicos, que torturó sometió y humilló a sus súbditos por un plancito??. Un tipo como Alberto Fernández que era lo más o menos decente que quedaba del pj yendo a visitar a esta mujer horrorosa como si fuera una pobre víctima del sistema me dió asco, mucho asco y bronca. No puede ser que hayamos caido tan bajo como pueblo, es lamentable y triste.

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  2. Como ya dije en otro post: se cagaron en las víctimas, la justicia es la misma mierda en todo el país.

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  3. Sin palabras.Esta excelente editorial tiene que llegar a la redacción de diarios del mundo.Veremos, quien pide por su libertad.

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  4. Sí, es muy lamentable.
    No soy de ningun partido político, es más, desprecio profundamente a los politicos en general, pero rescato a Gerardo Morales y creo que sería un buen presidente. Tiene lo que hay que tener.

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  5. Esta es la historia de la que nadie habla, pero de la que todos saben quien fue... Milagro Sala no es solo una persona corrupta y violenta.
    http://jujuyenlared.com.ar/noticia/2851/la-muerte-de-juan-carlos-zambrano-la-historia-jamas-contada

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    1. Conocí a Zambrano en persona....era un Lanata jujeño.Sin ofender al mismisimo y original.Muchos dicen que Milagro fue enjuiciada por tirar huevos,muchos dicen que recién se habla?Alguien vio la deuda interna?hay una parte donde el maestro busca al padre del niño en la policía,no hace falta ser inteligente para no darse cuenta lo que pasó.Lo mismo sucedia en la Tupac.No soy de ellos ni formo parte de un partido politico....pero he conocido personas que han trabajo para ella.Les creo.Milagro Sala fue la Fidel Castro de Jujuy y si la ONU y otros Organismos Humanitarios NO defendierion ni defienden los derechos de los VIVOS.No tiene sentido la existencia de los mismos.

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  6. Estos caciques crecen al amparo de la ignorancia y la necesidad. Pasa en todos los gobiernos populistas como el que tuvimos, porque son necesarios para mantener a la gente amedrentada y sin capacidad de reacción. Son los que hacen el trabajo sucio con los más débiles.Son seres que odian su propia ascendencia aunque digan que están orgullosos. Y cuando les dan un poquito de poder, como lo hicieron con esta"ejecutora de mano dura" tenés como resultado lo que hoy sale a la luz.La eligieron porque es siniestra y con una ambición desmedida .Capáz de matar si se lo sugieren ,sin el menor remordimiento.Ella piensa que es superior porque Ñancul le propuso participar en quiosco de las viviendas. No se da cuenta , en su soberbia, que la eligieron por ser tan basura como para cagarse en sus orígenes y renegar de sus hermanos, estafar a sus iguales que es el peor de los pecados , el de la traición.Traicionar a tu raza , Milagro, no tiene perdón de Dios.-

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  7. o sea que las instituciones internacionales ni se calientan en ver a quien defienden??? que barbaro y despues uno dona por el bien de la humanidad, es enfermo!!!!! Yo done un año a una de ellas, despues cambie por una protectora de animales y asi cada año voy cambiando, en este caso me hierve la sangre pensar que mi dinero pueda ser usado para defender a una tremenda hdp como sala. Burocratas.

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  8. Cárcel a esta kriminal y que devuelva la guita.

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  9. Alberto Fernández decente???!!!, informate, al menos un poco.

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