martes, 27 de septiembre de 2016

Audio: ¿Quién mató a Nisman? El nuevo editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra


Por supuesto que no puedo probarlo ante la justicia. Pero tengo la profunda convicción de que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado. Creo que se trató del peor magnicidio cometido desde el retorno de la democracia. Alguna vez se lo definió como el muerto Número 86 de la AMIA. Para la colectividad judía, Nisman fue un mártir y no un suicida.

Un héroe. Por eso está sepultado en un lugar de honor en el cementerio y no en los márgenes como acostumbra hacer la religión que considera al suicidio como un atentado contra Dios.

Su ex esposa y madre de sus hijas, la jueza Arroyo Salgado, también cree lo mismo. Que el balazo en la cabeza con que murió el fiscal Nisman se trató de un crimen. El fiscal Ricardo Sáenz y muchos de sus compañeros están convencidos también que por personalidad y por lo que estaba planificando, es imposible que Nisman se haya suicidado.

Todos nos manejamos con sospechas, indicios y convicciones que son muy difíciles de probar. Pero Antonio Stiuso, el ex espía preferido de los Kirchner, en su explosivo testimonio acusa directamente a Cristina y sus cómplices de ser responsable por acción u omisión de la muerte que conmovió a la Argentina y al mundo.

El viernes les dije que el fantasma de Alberto Nisman va a perseguir durante toda la vida a Cristina. Como una pesadilla recurrente.

Es que el gobierno kirchnerista se comportó en todo momento como culpable. Antes y después del balazo en la cabeza, los cuadros más disciplinados y feroces del gobierno fusilaron con sus descalificaciones al fiscal que estaba a punto de explicar ante el Congreso de la Nación la acusación más grave que se haya hecho jamás contra una presidenta elegida democráticamente: que ella había encubierto junto al canciller Héctor Timerman y otros cómplices, a los terroristas de estado que ejecutaron el peor atentado de la historia al dinamitar la AMIA y la vida de 85 personas.

Fue, es y seguirá siendo vergonzoso para la historia la actuación del juez militante Daniel Rafecas que fue funcional al gobierno de turno y no tuvo ni siquiera la dignidad de abrir una denuncia tan grave. La podría haber abierto por un par de semanas y luego desestimarla por falta de mérito o por carecer de seriedad. Pero no se atrevió a contradecir a sus compañeros kirchneristas y mató la investigación antes de que naciera. El fantasma de Nisman también va a perseguir toda la vida al doctor Rafecas aunque haya hecho grandes aportes al estudio del nazismo y el holocausto. Son dos momentos y dos situaciones distintas.

Todo nació con el hasta hoy inexplicable volantazo de 180 grados que pegó Cristina y el canciller Héctor Timerman. Pasó de acusar a Irán a pactar con Irán. Pasa de respaldar a Nisman y Antonio Stiuso en su investigación a desautorizarlos, y a exigirles que no se metieran más con Irán y a dejarlos colgados del pincel ¿Qué le pasó a Cristina? ¿Se volvió loca? ¿Cómo fue que el canciller Timerman resolvió transformarse en un traidor a su pueblo? ¿Uranio enriquecido para su plan nuclear de construir una bomba atómica, millones de dólares, subordinación a Hugo Chávez y Ajmadinejad?

¿Qué fue que los hizo darse vuelta como una media?

Conociendo a los personajes, el testimonio exclusivo de la declaración de Stiuso ante la justicia conseguido por Daniel Santoro da explicaciones muy verosímiles y contundentes.

Son palabras que deben ser certificadas con hechos. Pero si se comprueban, dejan a Cristina, Timerman y otros al borde del juicio por obstrucción de justicia y encubrimiento de terroristas y traición a la patria.

Los kirchneristas dicen que Antonio Stiuso es un mentiroso impresentable que tiene vínculos con los servicios de inteligencia norteamericanos e israelíes.

Puede ser. Yo no pongo las manos en el fuego por Stiuso. Pero Stiuso fue el preferido de Néstor Kirchner. El que se lo presentó a Nisman para que trabajaran juntos. El que le ordenó que lo espiara al Papa Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires ¿Qué quiero decir con esto? que Stiuso no cambió. Siempre fue así, un peligroso topo profesional ligado a servicios extranjeros. Pero no fue amigo de Macri, o de Margarita Stolbizer ni nació de un repollo. Todo el poder que tuvo para extorsionar jueces, disidentes o periodistas fue otorgado por Néstor Kirchner. De hecho, cuando Gustavo Béliz denunció a Stiuso, Néstor Kirchner le soltó la mano y lo tiró bajo un camión. Eyectó de su gabinete a Béliz y se quedó con Stiuso.

En la parte más contundente de sus acusaciones, Stiuso dice que a Nisman lo mataron grupos kirchneristas vinculados a comandos venezolanos e iraníes con el apoyo de antisemitas confesos como Luis D’Elía y Fernando Esteche. De hecho Nisman había sido condenado a muerte por una Fatwa, que es una orden religiosa de eliminar a un hereje o un infiel.

Hace 616 días que Nisman apareció con un balazo en la cabeza y solo se desató un ataque feroz a su figura, un intento de instalar que era un loquito que se suicidó y una guerra de espías sin cuartel.

Santiago Kovadloff con su profunda sabiduría, escribió que “encubrir un delito de lesa humanidad, también es un delito de lesa humanidad”. A Nisman le violaron reiteradamente la intimidad de sus computadoras y sus celulares y lo vigilaron y lo persiguieron todo el tiempo. Stiuso declaró bajo juramento que después del asesinato de un servicio de inteligencia llamado El Lauchón Viale y del ataque a balazos a Javier Fernández, un operador K en la justicia, Alberto Nisman dijo “el próximo soy yo” ¿Qué archivos se borraron de sus notebooks? ¿Qué mentiras se incorporaron a sus discos rígidos? ¿Se cambiaron las fechas y los días? ¿Quién colocó tres pendrives en su computadora?

¿Quién dispone de la tecnología para meter un virus troyano en su teléfono y aprovechar para espiar hasta sus conversaciones más íntimas?

Stiuso asegura que el ex general César Milani tenía y tiene los equipos más sofisticados para pinchar teléfonos y computadoras. Y que hubo agencias de inteligencia privadas que fueron contratadas por el kirchnerismo para hacer un seguimiento ilegal de Nisman.

Alberto Nisman tenía miedo que Alejandra Gils Carbó lo echara de su puesto. Ella es la jefa de los fiscales y principal operadora actual de Cristina en la justicia.

No hay dudas que semejante nivel de intervención solo puede ser llevado adelante por un grupo comando de expertos que tal vez sean los mismos que lo asesinaron y armaron toda la escenografía del suicidio para confundir y lograr impunidad.

Estoy seguro que esos hijos de puta fueron los que lo mataron. Porque la píldora del suicidio no me la trago y no importa lo que diga una justicia atravesada por la grieta abierta por Néstor y Cristina. No hay otra forma de construir el país que soñamos para nuestros hijos. Con la verdad como cimiento.

Solo la verdad nos hará libres.


Fuente: Radio Mitre

5 comentarios:

  1. Cosas interesantes dijo hoy barrio nuevo con fantino

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  2. Admiración siento por Alfredo Leuco, uno de los periodistas más claros y valientes de nuestro país a través de toda su vida profesional .

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  3. La ex ELLA lo mandò a matar, què duda cabe?

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